Capítulo treinta y cinco. Un sueño húmedo

Oliver esperó un par de minutos, en realidad no podía decir si fueron pocos o muchos. Salió del cuarto de baño y caminó hacia la puerta para poner el seguro.

Volvió sobre sus pasos y miró a Sebastián dormido en el incómodo sillón. El muchacho lo miró por un largo tiempo antes de arrodillarse para verlo más de cerca.

Sebastián tenía ojeras y solo ahora podía ser capaz de verlo, había estado tan concentrado en querer hablar con él, y luego en su discusión que no había reparado en lo pálido de su rostro. Pero eso no era en realidad lo más importante ahora. ¡Sebastián no se había ido con Nick! Ni siquiera se habían despedido de beso y nada de esas cosas que hacían los amantes.

Oliver sonrió sin poder evitarlo y antes de que pudiera detenerse, sus dedos recorrían el rostro de Sebastián.

El muchacho deslizó sus dedos con ternura sobre aquellas duras facciones, mientras lágrimas brotaban de sus ojos. Oliver no podía negar que le había hecho daño y que la manera de Sebastián de tratarlo era j
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo