Yelena lleva sufriendo malos tratos por parte de su padrastro desde que tiene memoria. A sus diecinueve años solo quiere reunir dinero para poder salir de su manada . El día que se entera de que su padrastro la ha vendido escapa encontrándose con su pareja en el camino. Sin embargo , su encuentro solo empeora su vida así que decide volver a huir llevándose con ella un gran secreto. Lo que no sabe Yelena es que no se puede huir de nuestro destino porque siempre acaba encontrándonos.
Ler maisCapítulo 1
Yelena El sonido de cristales rotos hizo que pegara un salto de la cama. —¡Yelenaaa! ¿Dónde mierdas estás metida? — gritó mi padrastro. Quité la silla que atrancaba mi puerta y corrí a toda prisa hacia el salón. —Aquí estoy señor—dije con la mirada puesta en mis pies como él quería, ya que era señal de sumisión. —¿Qué coño haces ahí parada? ¡Recoge todo esto ahora mismo! — —Sí señor— Corrí a la cocina para coger el cepillo y el recogedor, justo cuando iba a salir por la puerta dirección al salón un puñetazo en la cara hizo que me chocara con la puerta y cayera al suelo. —¡Levántate! Te dije que recogieras los cristales. ¿Quién coño te crees que eres para desobedecerme? — —Yo solo, solo fui por el cepillo y el recogedor señor— me levanté apoyándome en la puerta y sentí como un hilo de sangre salía de mi labio roto.Momento que aprovechó mi padrastro para agarrarme del pelo. —¿Y quién te dio permiso para que te fueras? Si te digo que hagas algo lo haces ¿entiendes?. Me da igual si lo recoges con la mano, con la boca o con lo que sea pero lo recoges y punto— su agarre en mi pelo se intensificó hasta tal punto que sentía como algunas raíces se despegaba de mí cuero cabelludo. "No llores, no llores" repetía en mi cabeza una y otra vez mordiendo el interior de mi mejilla. Hacía tiempo que había aprendido que llorar solo empeoraría el castigo. Mi padrastro me arrastró hasta el salón agarrando de mi pelo. Al llegar allí me tiró al suelo de mala manera con mi buena fortuna de caer encima de los cristales y hacerme heridas en una mano y en las rodillas. Afortunadamente hacía un año que tenía a mi loba y desde entonces mis heridas sanaban más rápido. —¡Ahora recoge todo eso! — —Frank, no seas tan duro con la pobre chica. Mira ,has estropeado su preciosa carita— El amigo de mi padrastro al cual llamaban Tanque acarició el lado de mi cara donde Frank me había golpeado. Aunque no me habían agredido nunca me daban más miedo las caricias de sus amigos que las palizas de Frank. Recogí los cristales lo más rápido posible y me fui a mi habitación a cambiarme. Una vez vestida con el uniforme de la pastelería donde trabajaba,me puse un delantal y cociné el desayuno, el almuerzo y limpié toda la casa. A Frank le gustaba que todo estuviera reluciente cuando traia invitados a casa, que era un día sí y otro también. Lista ya para irme pasé por el salón para decirle a mi padrastro que ya me iba a trabajar pero estaba tirado en el sofá durmiendo con una botella de whisky en la mano. ¿Cuántas veces había deseado que se durmiera y no despertara jamás? Pero mi deseo nunca se hacía realidad. Era mala persona por desearle eso al hombre que me había criado y por eso tenía la vida que tenía, era mi castigo. Salí apresurada de casa, me había entretenido demasiado haciendo una carne en salsa que le gustaba a mi padrastro para haber si así se ablandaba y me libraba luego del castigo que me daría por lo de antes. Corrí por las calles desiertas de la manada. Eran las 5 y media de la mañana y todo el mundo dormía. Todos menos mi jefa, la señora Mildred. Una mujer de cincuenta y tantos años, con cara regordeta y mirada dulce. —¡Buenos días señora Mildred!, siento el retraso. No volverá a pasar— dije mirando el gran reloj que había en la pared donde marcaban las 5:40 am. —Buenos días querida, voy a tener que regalarte un despertador—la señora Mildred no terminó su frase. Al verme vino corriendo hacia mí —¡Oh, por la diosa! ¿Qué te ha pasado? —dijo tomando mi cara entre sus manos. ¡Demonios! Con las prisas había olvidado taparme el golpe con maquillaje. —Ha vuelto a pegarte, Yelena no podemos consentir eso, puedes venirte a casa a vivir con Gina y conmigo, te lo he dicho muchas veces. — —Y yo se lo agradezco de verdad pero mi sitio está en mi casa con mi padrastro. Él me ha criado desde pequeña y le debo todo. Además ya no me pega, es solo que hoy le hice enojar porque rompí un cristal, soy muy torpe y bueno, se enfadó mucho pero ya él no me trata así— No, no tenía síndrome de Estocolmo, ni estaba ciega pero ya una vez intenté irme a vivir con Mildred y Gina y Frank me amenazó con que mandar a sus amigos a hacerles una visita a las dos para divertirse con ellas después de haberle quemado la pastelería.Mildred y Gina vivían solas después de que el padre de Gina muriera y avisar a la policía de la manada no era una opción ya que Frank era íntimo amigo del Alfa y la policía hacía todo lo que el Alfa decía. No, no estaba ciega pero no podía involucrar y meter en problemas a los dos únicas personas que me habían tratado bien en mi vida. —Cariño, cuando estés preparada para dar el paso Gina y yo estaremos esperándote con los brazos abiertos— No pude evitar que una lagrima se me escapara rodando por mi mejilla. Ojalá todo fuera más sencillo y pudiera aceptar la proposición de Mildred. —Espero que encuentres pronto a tu pareja y te saque de esa cárcel donde te tiene el sinvergüenza de Frank— —No creo que eso vaya a pasar, ha pasado un año desde que cumplí 18 , si estuviera en la manada ya lo hubiera encontrado, y no creo que salga nunca de aquí — Mildred me miró con ternura y me dio una media sonrisa. El día se pasó rápido. Tuvimos mucho trabajo porque al parecer habían venido varios Alfas a la casa de la manada a una reunión con nuestro Alfa y habían pedido que le enviásemos varias tartas y varias decenas de pastelitos de canela y cup cakes. Los pastelitos de canela eran mi especialidad y Mildred siempre me encargaba a mí que los hiciera. Cuando recogimos y limpiamos todo apareció su hija Gina,mi mejor y única amiga. —¿Qué haces aquí?— —Quería ver a mi mejor amiga y Frank no te deja salir de tu casa así que me acerqué para verte— no quise debatirle nada en lo referente a mí padrastro.Mi amiga era a la única que le había contado algunas pinceladas de lo que Frank me hacía. Me vi obligada a hacerlo el día que me pilló desprevenida cambiándome la blusa y vio las cicatrices de los latigazos en mi espalda. Me las había hecho antes de cumplir 18 años y tener a mi loba así que no había podido curarme y las cicatrices se quedarían en mi piel para siempre. La señora Mildred cerró la puerta con llave y luego se acercó a mí y me extendió un sobre. —¿Qué es esto?— —Es una pequeña ayuda.Escóndelo bien. Que no lo vea tu padrastro. No es mucho pero el día que decidas salir de esa casa te ayudará a empezar una nueva vida lejos de aquí — me quedé muda al ver el contenido del sobre.Era como el salario de dos meses. Los ojos se me llenaron de lágrimas y me abracé a la madre de mi amiga llorando. Mildred y Gina era las únicas personas con las que me permitía soltarme un poco y llorar si lo necesitaba. —Bueno, ya vamos a dejarnos de dramas y vamos a ponernos en marcha.No queremos que llegues tarde y tu padrastro te castigue— la madre de mi amiga tenía las mejillas mojadas por las lágrimas. Nos despedimos y en diez minutos ya estaba atravesando las puertas de mi casa. Para mi fortuna no había nadie. Recogí la casa y volví a limpiar porque, por como estaba la casa de botellas de alcohol y preservativos, mi padrastro y sus amigos habían estado de fiesta. Hice la cena, recogí la cocina y me llevé una manzana y una mandarina para mi habitación. Las escondí en el armario y metí en uno de los agujeros del colchón el sobre que me había dado la señora Mildred. Me duché lo más rápido posible antes de que Frank llegara y me encerré en mi habitación cerrando el pestillo y atrancando una silla. Sabía que si Frank o alguno de sus amigos quería entrar les bastaba con dar una patada en la puerta pero por lo menos el ruido me despertaría si estaba dormida e intentaría huir por la ventana. Me comí la mandarina y guardé la manzana para el desayuno del día siguiente. Frank sólo me dejaba comer pan y agua tanto para el desayuno como para la cena así que aprovechaba cuando él no estaba para esconder alguna pieza de fruta en mi habitación. Si no fuera por los almuerzos contundentes que me daba la señora Mildred en la pastelería estoy segura que no me mantendría en pie. Llevaba ya un rato dormida cuando unas risas me despertaron. Me levanté y fui hacia la puerta para escuchar mejor. —Sabía que esa mocosa me traería mucho dinero—esa era la voz de mi padrastro. —¿Y su tío no se opone? — —Si fuera por su querido tío me la hubiera follado con 12 años y la hubiera vendido a algún burdel. Cuando se dio cuenta de que no era especial perdió el interés en ella.La muy desgraciada tiene que agradecerme que le cogí cariño y me apiadé de ella— —Si es que eres todo un sentimental Frank—se escucharon otra vez risas. —Y ¿cuando viene el comprador? — —Dentro de dos días — Luego de eso se escucharon algunas voces de mujeres y seguidamente jadeos y gemidos ¡Estaban hablando de mí,estaba segura!¡Frank me había vendido!¿Y qué era eso que hablaban de un tío?Yo no tenía parientes. Las lágrimas de tristeza y rabia empezaron a salir sin control. Miré hacia el colchón tirado en el suelo, que era mi cama ,donde había escondido el sobre con el dinero. Tenía que escapar al día siguiente, no podía quedarme allí para que Frank me vendiera como si fuera un mueble.Yelena Los meses pasaron muy rápido.El turbio negocio de Decon fue totalmente desmantelado y todos sus secuaces estaban muertos o encarcelados.Mi "querido tío" tuvo una muerte lenta y dolorosa a manos de las lobas a las que vendió y sus familiares. La manada Cielo Rojo poco a poco fue recuperando su esplendor de antaño y en lo que respecta a nuestra manada, todos estaban expectantes esperando la llegada de los nuevos miembros. Izan no se separó de mí, literalmente, en todo el resto del embarazo.A él también se le sumó Zacky así que me tiré bastantes meses con los dos rubios pegados a mi espalda. A Britany tampoco es que le fuera mucho mejor. Su "Chocolatito" resultó ser bastante protector también así que quedarnos un rato a solas era casi imposible . Mi fecha de parto ya había pasado pero al parecer mi pequeño o pequeña, no habíamos querido saber el sexo del bebé, estaba muy a gusto en mi barriga y no quería salir. A Bri, sin embargo, le faltaban aún varias semanas pero se de
Yelena Al despertar, en la casa todo eran risas y alegría.Zacky vino a nuestra habitación y después de darnos todos una muy necesaria ducha bajamos a desayunar. Todo el mundo estaba feliz por la vuelta de nuestro pequeño y el ambiente no podía ser mejor. Después del desayuno una doctora ya nos estaba esperando en el hospital para hacerme un reconocimiento.No pude dejar a Zacky en la casa, su secuestro estaba demasiado reciente y necesitaba tenerlo cerca todo el tiempo. —Mami, ¿estás malita?, ¿te sientes mal? —la cara de preocupación del pequeño rubio me enterneció. —No, mi vida.Es solo un control rutinario —no quería decirle nada del embarazo todavía hasta saber qué todo estaba bien. Izan avisó a la doctora de que íbamos con nuestro hijo y que no dijera nada del embarazo hasta que supiéramos que todo iba bien.Si todo estaba correcto le diríamos allí mismo a Zacky y podría ver la primera ecografía de su hermanito o hermanita, y si las cosas no estaban bien Izan se llevaría fuera
Izan —¡¿Dónde está mi hijo?!. La voz de Yelena salió por su garganta como un torrente de energía .No era a mí a quién iba dirigido ese poder, sin embargo, sentí como se erizaba cada centímetro de mi piel. Decon intentó resistirse mordiéndose la lengua pero solo pudo hacerlo por escasos segundos. —Está en una vieja bodega abandonada —gruñó entre dientes —.Te lo entregaré sano y salvo si hacemos un intercambio —el desgraciado todavía se creía con derecho a negociar. —¿Un intercambio? —La vida de tu cachorro por la mía.Creo que es un trato justo, sobrina —escupió la última palabra con veneno. Por un momento, pensé que Yelena no era consciente del poder que poseía y cedería a su chantaje pero me sorprendió cuando empezó a reirse a carcajadas. —Puede que llevemos la misma sangre, Decon, pero no somos familia.No estás en condiciones de negociar —la cara del antiguo Alfa cambió por completo —.¿Dónde está esa bodega?. —En las afueras de Bigmountain —¿La ciudad humana? —pregunté El
IzanLa búsqueda de nuestro hijo estaba siendo más complicada de lo que deseaba.Peinamos el camión palmo a palmo e interrogamos al conductor.Lo único que pudimos sacar en claro era que lo habían contratado para recoger unas cajas en el centro comercial de la manada y luego otro camión se hacía cargo de la mercancía.Al menos nos dió el color y parte de la matrícula del otro camión.No pudo darnos más porque era un simple humano que había sido contratado para echar unas horas de manera ilegal, sin papeles de por medio.Encontramos el camión abandonado a los pocos días.Para ese entonces todas las manadas del país sabían del secuestro de mi hijo y estaban colaborando en su búsqueda.Del sitio que describió Lissy poco sabíamos.Habíamos encontrado algunas granjas abandonadas, algunas fábricas, pero nada era como lo que había visto Zacky en su sueño.Estaba a varios kilómetros de la manada, buscando en un viejo mapa antiguas localizaciones que pudiera haber pasado por alto cuando me llamó Ye
Yelena El mundo se me vino abajo con las palabras de Izan.Solo quería poder volar para llegar cuanto antes a Colmillo Plateado. Por el camino Jason nos llamó para informarnos de que habían encontrado a Lissy pero seguían sin saber nada de nuestro pequeño. Cuando llegamos, toda la manada estaba ya al tanto y había muchos guerreros vigilando que nadie saliera ni entrara. —Alfa, Luna —saludó Brian, la mano derecha de Gabriel y el que le ayudaba a dirigir a los guerreros —.No se preocupen.Nadie ha salido desde que nos dieron el aviso.Los guerreros están peinando cada metro de la manada.Nuestro futuro Alfa debe estar aquí , en algún lugar, así que lo encontraremos. —A no ser que saliera antes de dar la alarma —añadí Los dos hombres me miraron preocupados sabiendo que llevaba razón . Fuimos directamente al centro comercial.Allí estaban todos nuestros familiares y amigos buscando a Zacky en cada rincón, por minúsculo que fuera.Solo faltaba Cali que se había llevado a Lissy a la casa
YelenaMis manos no paraban de temblar y tuve que darle el papel con los resultados a Izan para que lo leyera él porque yo era incapaz.El rubio se puso a leer y su expresión no me decía nada.—¿Qué pone?.¿Cuál es el resultado? — me estaba poniendo histérica.'El porcentaje de probabilidad de parentesco es muy alto' el rubio me habló por enlace mental 'Yel, tenías razón ,Sabrina es tu hermana'.Las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas sin darme cuenta.—¡Mami!.¿Qué te pasa? —mi pequeño vino corriendo y se abrazó a mis piernas.—Nada, cariño —alboroté su pelo para tranquilizarlo.—Pero estás llorando.—Son lágrimas de felicidad porque soy muy afortunada de tener la familia que tengo —él me miró con sus lindos ojitos y limpió las lágrimas que tenía sobre mis mejillas.—Entonces yo también soy muy afortunado porque tenemos la misma familia —asentí y lo abracé fuerte contra mí.Amaba a mi hijo más que a nada en el mundo.Izan se llevó a Zacky y a Lissy a jugar mientras yo llamaba a S
Último capítulo