Yelena
Después de estar muchas horas metida en un coche, llegamos a la que suponía era la manada de mi pareja.
Durante el trayecto lo pillé muchas veces mirándome por el espejo interior . ¿Por qué me miraba tanto?. Estaría vigilando su nueva adquisición.Por muchas ganas que tuviera de escapar no era una suicida así que no pensaba tirarme de un coche en marcha sabiendo que el Alfa y su amigo me darían caza a los pocos minutos.
Me bajé del coche cuando estacionó y , al instante, una rubia que parecía salida de una revista me abordó con un gran abrazo. Al parecer era la hermana de mi pareja, alias comprador, alias capullo insensible.
Antes de que pudiera reaccionar, la chica empezó a hacerle reverencias a la Diosa y luego me enganchó del brazo para llevarme hacia una enorme casa.
Solo me había movido unos metros cuando el Alfa paró a la rubia y le informó de que debían hablar. Después de protestar, la joven se fue detrás de él y no negaré que me sentí algo aliviada. Esa mujer estaba