Yelena
Al despertar, en la casa todo eran risas y alegría.Zacky vino a nuestra habitación y después de darnos todos una muy necesaria ducha bajamos a desayunar.
Todo el mundo estaba feliz por la vuelta de nuestro pequeño y el ambiente no podía ser mejor.
Después del desayuno una doctora ya nos estaba esperando en el hospital para hacerme un reconocimiento.No pude dejar a Zacky en la casa, su secuestro estaba demasiado reciente y necesitaba tenerlo cerca todo el tiempo.
—Mami, ¿estás malita?, ¿te sientes mal? —la cara de preocupación del pequeño rubio me enterneció.
—No, mi vida.Es solo un control rutinario —no quería decirle nada del embarazo todavía hasta saber qué todo estaba bien.
Izan avisó a la doctora de que íbamos con nuestro hijo y que no dijera nada del embarazo hasta que supiéramos que todo iba bien.Si todo estaba correcto le diríamos allí mismo a Zacky y podría ver la primera ecografía de su hermanito o hermanita, y si las cosas no estaban bien Izan se llevaría fuera