El caos no terminó con la caída del arma de Elías; fue solo el preludio.
Los guardias lo redujeron, pero el temblor en sus manos era apenas una señal. Afuera, en las calles que rodeaban el centro de prensa internacional, el murmullo del público se transformaba en gritos. La noticia se propagaba en tiempo real: “Intento de atentado en plena conferencia”.

Lucía hablaba con voz alterada a través del intercom.
—¡Cierren los accesos! No sabemos si está solo.

Rodrigo la escuchaba desde la cabina de control, los auriculares puestos, mientras verificaba cada cámara. Su corazón golpeaba contra el pecho. Vio a Emma, Alejandro y Elías en la pantalla principal, y