Mundo ficciónIniciar sesiónLa habitación estaba en penumbra, iluminada apenas por la luz temblorosa de una vela.
Un silencio extraño se había instalado entre nosotros: cómodo, pero cargado de pensamientos no dichos, de emociones contenidas que flotaban en el aire como partículas invisibles. Decidí romperlo. —Nora… hay algo que me gustaría preguntarte. Él, que hasta el momento había estado jugando con su taza de té entre los dedos, levantó la vista con esa expresión indescifrable que siempre me dejaba vulnerable. —¿De qué se trata? —su voz baja resonó cerca de mí, y por un instante, sentí que cada palabra vibraba en el mismo aire que yo respiraba. Tomé aire, dudando un momento antes de hablar. La curiosidad me ganó al final. —¿Está prohibido tener cercanía con alguien que no sea nuestra señora? Nora parpadeó lentamente, como si la pregunta no le sorprendiera en absoluto. Lentamente apoyó un codo en






