Mundo ficciónIniciar sesiónFavoritos.
Esa palabra no dejaba de rebotar en mi cabeza, como un eco insistente. Si ellos podían hablar con la emperatriz, entonces no todo estaba perdido. Era un plan desesperado, sí, pero era el único que tenía. Sabía que intentar buscar a la emperatriz directamente era inútil. El palacio era un laberinto interminable de pasillos, corredores y puertas que aún no entendía del todo. Incluso si por azar llegaba a cruzarme con ella, jamás lograría acercarme sin ser detenida. Pero los favoritos… ellos tenían acceso. Ellos podían cruzar muros invisibles que para mí eran inquebrantables. Y si necesitaba una oportunidad, aunque fuese mínima, debía encontrarla a través de ellos. Con decisión, rebusqué entre los cajones de mi dormitorio hasta dar con lo que buscaba. Mis dedos se cerraron en torno a un cuaderno de cuero negro, gastado por el uso. Lo sostuve con fuerza, como si aquel objeto pudiera darme el valor que me






