Mundo de ficçãoIniciar sessãoA través de la cortina de lluvia, las figuras comenzaron a definirse.
No eran sombras vagas ni simples movimientos de la noche. Eran hombres. Hombres luchando con furia, gritos entrecortados que se mezclaban con el rugido de los truenos y el chocar del metal.En segundos, el caos estalló ante nuestros ojos. —¡Rose! —mi voz se quebró en un grito ahogado—. ¡Están luchando ahí afuera! ¡Es una emboscada! —¿Qué? —sus ojos se abrieron como platos—. ¿Estás segura? —¡Sí! —volví a asomarme, el pánico apretando mi garganta—. ¡Míralo! Los caballeros que nos escoltaban combatían contra hombres que no reconocía. Cada destello de acero reflejaba la tormenta, cada grito se ahogaba entre relámpagos y truenos, creando un concierto aterrador. Fue cuando lo vi a él. Angel. Entre la lucha, su figura destacaba. La ropa empapada se pegaba a






