Mundo ficciónIniciar sesiónIsabella ha pasado de ser una empleada del año en una importante empresa automotriz, a una desempleada en un parpadear de ojos. Con cuentas que pagar, solicitudes en línea para aplicar, encuentra finalmente después de meses un trabajo que puede sacarla del en el que está financieramente. Pero, este trabajo no es el que le daría ese puesto para el que ha estudiado en su prestigiosa universidad, es para ser la asistente de un CEO que nunca le duran las empleadas por su carácter “especial”, así que decide correr el riesgo esperando ser quien sea la que se quede en ese puesto y no solo ser… De las que se van.
Leer más¡Adelanto de la Segunda Temporada! Después de su inolvidable boda en Dubái, Isabella y Zaid se sumergen en los primeros compases de su vida matrimonial. El amor que los une es fuerte y poderoso, pero pronto se enfrentarán a desafíos inesperados que pondrán a prueba su relación y los llevarán a explorar los misterios del destino. En sus primeros meses como pareja casada, los celos se apoderan de Zaid y sus inseguridades comienzan a emerger. Desea proteger a Isabella y ansía tenerla siempre a su lado, lo que provoca tensiones en su relación. Mientras tanto, Isabella se debate entre su amor por Zaid y su deseo de seguir trabajando como su asistente. La lucha por mantener su independencia se intensifica y se preguntan si podrán encontrar un equilibrio que satisfaga a ambos. En medio de estos conflictos internos, la vida de Isabella y Zaid da un giro inesperado cuando se ven envueltos en una serie de atentados. Estos eventos amenazan su seguridad y despiertan en Zaid la sospecha de que a
El día de la despedida había llegado. Isabella se encontraba en el aeropuerto de la ciudad de México junto a sus tres hermanos, quienes habían sido una parte fundamental en su vida. Las lágrimas amenazaban con brotar de sus ojos mientras abrazaba a cada uno de ellos, sintiendo un nudo en su garganta.—No llores o todos lloraremos, y sabes que a Luis, se le ve intenso cuando lo hace—dijo Esteban sonriendo melancólico al ver que de nuevo su hermana se marchaba, pero esta vez, no iba sola, ahora tenía un hombre que la cuidaría con su vida. —Lo sé, —replicó limpiándose la orilla de sus ojos, mientras rieron los tres y se volvieron a abrazar.Zaid observaba la escena conmovido por la unión familiar que había entre ellos. Había llegado a apreciar a los hermanos de Isabella como si fueran propios, y sabía que su partida significaba un gran cambio en sus vidas. Se acercó a ellos y abrazó a cada uno, agradeciéndoles por su amor y apoyo incondicional. Se volverían a ver dentro de tres meses pa
Si me hubieran dicho que me casaría con mi jefe apenas dos meses después de conocerlo, habría pensado que estaban equivocados. Nunca me habría imaginado dar ese paso, mucho menos con alguien del trabajo. Se dice que las relaciones en el ámbito laboral son complicadas, y mucho menos cuando apenas te conocen. Sin embargo, aquí estoy, reflexionando sobre mi reflejo en el espejo de mi antigua habitación en la Ciudad de México. Me estoy preparando para una boda que mis hermanos organizaron rápidamente, emocionados de que su hermanita esté embarcándose en una nueva etapa de la vida, una que veían muy lejana. A pesar de todo, los nervios me invaden mientras espero a Julio, quien vendrá por mí, ya que se supone que debo ir a buscar a Zaid, y según la tradición, la novia no puede ver al novio. ¿O era al revés? En fin, me ha pedido que no salga, han preparado el patio de la casa para la ocasión. Aunque aún no lo he visto, sé que han hecho todo lo posible para que sea una experiencia inolvidable
Zaid Había visto tantas cosas en mi vida, pero lo que estaba viendo en este momento, era distinto y nuevo para mí. Isabella estaba acomodando un mandil sobre mi ropa para no mancharme de harina, hacía bastante calor, se escuchaba voces divertidas de los hermanos de ella. —¿Puedo ver de nuevo el tutorial?—pregunté, Isabella sonrió divertida. —Habibi, lo vas a hacer bien, solo mira como lo hace Julio. —asentí, pero realmente no quería arruinar la masa. —¿Listo, cuñado?—dijo Julio entrando a la cocina, venía con un mandil completamente blanco, detrás de él, Esteban con un saco de harina sobre su hombro y luego Luis, con una sonrisa en sus labios, creo que debe de estar divertido de verme hacer pan por primera vez en mi vida. Nabila estaba sentada en una silla del otro lado de la habitación y sé qué sonreía al igual que ellos. —Sí, algo así—susurré acercándome a la mesa del centro de la cocina, había dos hornos a nuestras espaldas y a cierta distancia. La cocina de la panadería era
Isabella Después de contarles cada detalle a mis hermanos de todo lo que había en más de dos meses pasado, hubo un largo silencio, a simple vista por sus rostros, no podrían creerlo. —¿Y qué es lo que tú sientes por él?—quiso saber Esteban.—¿Tienes más sentimientos por Zaid o solo es un tipo de agradecimiento por cuidar de ti?—Claro que más sentimientos, ¿No ves la manera en la que ella lo mira? —dijo Luis con una gran sonrisa.—¿Y estás segura de lo que has decidido hacer? Me refiero a casarte con él.—preguntó Julio sin dejar de mirarme desde su lugar con sus brazos cruzados. Pareció intrigado por lo que le había contado.—Sí. —no pensé rápido esa respuesta. —Y no, —dije mirando a Esteban—Tengo un sentimiento de agradecimiento por haberme cuidado, pero tengo más sentimientos más fuertes por él. Es algo que no podría explicar con palabras. Solo lo siento, ver como me mira y me hace sentir, es inexplicable. —Vaya, Isabella se ha enamorado por primera vez en su vida. Lo vemos en tus
IsabellaEscuchar que mi hermano mayor, Julio, le diera así ya sin más la bienvenida a la familia a Zaid, sentí cómo mi corazón se agitó de felicidad. Los tres se pusieron de pie al igual que Zaid, luego lo abrazaron y palmearon su espalda, escuché risas, halagos y claro, advertencias de que tenía que cuidarme con su vida de ser necesario. Nabila sonreía a través de su velo, asumiendo -ya que no entiende del todo el español- que todo estaba bien con mi familia, entonces noté cuando sus ojos se quedaron fijos en Julio. —Ellos le dan la bienvenida a Zaid a la familia—le dije en árabe y ella abrió más sus ojos y noté más emoción. —¡Eso es bueno!—dijo emocionada, se levantó y descansó su mano en el hombro de Zaid, quien estaba aún asimilando la situación, él miró después en mi dirección y su sonrisa lo decía todo. Se acercó y alcanzó mi mano para acariciar mis nudillos de manera discreta.—Soy parte de la familia—dijo sonriendo aún más, levanté mi mano y acaricié su barba abultada y ase
Último capítulo