Capítulo 5. Un plus

Isabella

Al final no había podido seguir con los siguientes puntos por qué le habían llamado al señor Ashgar y era de larga distancia, me dio indicaciones para que me quedara en mi lugar y así fue. Revisé el folder y encontré la lista de los contactos primordiales de él, así como los números de emergencia, los restaurantes que suele comer o pedir a domicilio. Solté un suspiro al ver que era bastante lo que necesitaba aprender con urgencia. Llegó la hora del almuerzo y seguí leyendo.

―Veo que te estás esmerando para ser la asistente del señor Ashgar. ―dijo la secretaria frente a mí, la mujer se veía que era de armas a tomar, pero lo que ella no sabía era que yo también, y aunque haya firmado ya un contrato permanente, lucharía para permanecer todo el tiempo posible y que el señor Ashgar me necesite más que esa mujer. Le puse una sonrisa amable, pero ella no sabía que fingida.

―Sí, se ve que está fácil, es cuestión de memorizar números, nombres y apellidos.

―No solo es memorizar, es tener todo a la mano, cumplir las reglas y cumplir al pie de la letra lo que él te pida.

―Tengo una pregunta, ¿Se viaja al extranjero con el puesto? Pregunto para tener a la mano mis documentos oficiales.

Ella se cruzó de brazos y sonrió.

―No creo que vayas a… bueno, ―se cruzó de brazos contra su pecho―No creo que viajes por qué quien lo hace soy yo, ¿Sabías que soy contratada por la madre del señor Ashgar?

―No lo sabía, apenas llevo siete horas laborando y hemos cruzado poco como para llegar a saberlo―apareció una sonrisa en mis labios.

―Y soy empleada con contrato permanente, es la diferencia entre las dos, tú en estos momentos eres de prueba y sinceramente, no tendrás la oportunidad, ―suspiró―se acerca un evento importante en la familia del señor Ashgar, se casa su hermano y será una gran celebración de siete días. ―alcé una ceja, “¿Siete días?” ―Así que, te lo perderás. ―se dio la vuelta y regresó a su asiento, era como si le divirtiera portarse así, ¿Qué acaso es una veinteañera celosa?

―Oh, ―solo dije y bajé la mirada a los documentos que tenía frente a mí. Luego suspiré discretamente y me concentré hasta que escuché cuando el elevador se abrió a un par de metros de nosotros y aparecieron dos hombres de mantenimiento al parecer por el mono de trabajo.

― ¿Es la nueva asistente del señor Ashgar?―preguntó uno de ellos cuando se puso delante del escritorio y yo asentí lentamente con el ceño arrugado.

―Conectaremos la línea directa y privada con la oficina del señor Ashgar en su área de trabajo. ―alcé mis cejas y me levanté.

―Claro, adelante. ―me hice a un lado para que entraran.

―Esperen, esperen, ¿Quién ha dado indicaciones de esto?―comenzó a decir Eleonor, uno de los hombres se volvió hacia ella.

―El mismo señor Ashgar, señora Bruce.

―Entonces, ¿Por qué no empiezan conmigo primero? Soy la secretaria principal del señor Ashgar.

—Pero ella es la asistente y la orden solo es en el área de la asistente personal. —Eleonor puso un gesto de desaprobación.

—Debieron de entender mal. —el señor arrugó su ceño.

—En mi orden no hay equivocación señora Bruce. —dijo para después girarse hacia mí. —No le quitaremos más de diez minutos, señorita Sánchez.—asentí y me hice a un lado, la mirada de la señora Bruce era de indignación, pero no podía decirle que yo era también una permanente, pero el día que pudiera decirle a cómo iba a disfrutarlo.

Cuando pasaron los diez minutos, ellos estaban acomodando el mueble por dónde pasaría la línea, al terminar se despidieron y les agradecí.

—Es raro, quizás vaya a cambiar los puestos y mi lugar va a ser ahí donde estás. —levanté la mirada hacia ella y no dije nada. —Digo, cómo eres de prueba…

Escuché pasos acercarse y era el señor Ashgar, Eleonor de inmediato se levantó e igual yo, él se detuvo en medio del pasillo, miró en mi dirección.

—Tome sus cosas y acompáñame, después ya podrá irse. —luego caminó hasta el elevador y en ese trayecto tan pequeño, Eleonor arqueó una ceja y luego una sonrisa triunfante apareció en sus labios, recogí mis cosas y seguí el camino hasta el elevador, el señor Ashgar me cedió el paso y le di las gracias. Al cerrar las puertas del elevador, él se volvió hacia mí tomándome por sorpresa. —No deje que la intimide, la señora Bruce. —Iba a hablar, pero él no espero y se volvió hacia el frente para mirar las puertas del elevador, unos momentos después, llegamos al estacionamiento subterráneo, me hizo señas de que lo siguiera, lo seguí detrás y mirando alrededor, había filas de autos y nos detuvimos frente a uno blanco, era un Audi, se acercó a la puerta del auto, presionó la alarma del auto y luego abrió la puerta del piloto, pensé por un momento que tan alto y ancho, sería incómodo para él manejar, pero no se metió, sino que me miró y me hizo una seña con su barbilla para que me acercara, lo hice de inmediato. — ¿Qué le parece? —preguntó de repente cuando me puse a cierta distancia prudente de él.

—Está bonito. —dije, él arrugó su ceño.

— ¿Solo bonito? Es un Audi, una de mis mejores marcas favoritas de autos, pruébelo. —no supe que entender con “Pruébelo” ¿Quería que me sentara en el asiento? Pero entonces entendí cuando se hizo a un lado para que me subiera.

—Gracias, —susurré pasando a su lado y subiéndome con cuidado, luego lo miré. —Es bastante cómodo y el interior está de lujo.

—Es el auto que le daré por ser mi empleada. —sus palabras me dejaron callada por un momento.

— ¿Perdón? —creo no entender. — ¿Me lo dará?

—Es un plus cuando firma contrato directo conmigo.

—No está en el contrato, señor Ashgar.

—No lo está.

—Pero es mucho un auto de esta marca, no podré pagarlo.

— ¿Y quién ha dicho que usted lo tendrá que pagar?

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