Capítulo 66. Las Preocupaciones de Mía.
El sol de la mañana filtraba por los altos ventanales de la mansión Koch en Boston, pero la luz no lograba disipar la sombra de preocupación que se cernía sobre Mía.
Desde que se había mudado a la mansión, a la espera de su propia boda con Jack, había presenciado de cerca la tensión creciente entre su hermano, Noah, y Amelia. Las conversaciones con Jack lo habían confirmado: algo muy delicado estaba pasando.
Jack le había contado todo, desde la discusión en la calle donde Noah mencionó a Sarah, hasta la confesión de Erika sobre la investigación de Amelia y la confrontación de Noah con Enzo.
Mía sentía un nudo en el estómago. Amaba a su hermano, pero también a Amelia. Verlos distantes, a pesar de los inminentes preparativos de la boda, le rompía el corazón.
Mía encontró a Alma, la ama de llaves, en la cocina, supervisando la preparación del desayuno nupcial. Alma, una mujer de voz serena y sabiduría ancestral, era una confidente para todos en la mansión, especialmente para Lucero y aho