Capítulo 65: La Nueva Alianza.
El sol implacable de Boston apenas lograba disipar la amargura que consumía a Amaloa. La humillación en la empresa y la mansión, el rechazo categórico de Noah Koch, la habían dejado hirviendo de rabia.
Él la había desterrado de su vida, la había reemplazado por esa florista embarazada, Amelia Gutiérrez. Era insoportable para ella, Amaloa no era de las que aceptaban la derrota con gracia. Si no podía tener a Noah, se aseguraría de que nadie más lo tuviera en paz.
Casualmente, mientras sorbía un cóctel en un exclusivo club de golf en la capital, un rostro familiar captó su atención, era Enzo.
El mismo Enzo que había sido un novio pasajero años atrás, el mismo que Noah había amenazado por Amelia. Una sonrisa maquiavélica se dibujó en los labios de Amaloa. El destino, al parecer, le había servido un arma inesperada.
Se acercó a la mesa de Enzo, que parecía tan abatido como ella.
—Enzo, querido, cuánto tiempo sin verte —dijo Amaloa, su voz dulce como la miel, pero con un filo oculto.
Enzo