Capítulo 45. Amanecer de Promesas y Deseos.
La luz tenue del amanecer apenas se colaba por las cortinas de la habitación de Noah, pintando la estancia con tonos suaves de gris y rosa.
El aire, sin embargo, vibraba con el calor de la noche anterior, denso con el aroma de la piel, el aliento compartido y la dulce corriente de la pasión.
Amelia despertó acurrucada contra el cuerpo de Noah, su cabeza apoyada en su pecho, sintiendo el latido rítmico de su corazón. Cada centímetro de su piel aún ardía con el recuerdo de sus toques, de sus besos desesperados.
Levantó la vista para encontrar los ojos de Noah fijos en ella, una mirada intensa que mezclaba asombro, deseo y una ternura que la hizo sentir completamente expuesta, pero extrañamente segura. No había remordimiento, solo una profunda quietud.
—Buenos días —murmuró Noah, su voz ronca por el sueño y la emoción. Su mano subió para acariciar suavemente su cabello.
—Buenos días —respondió Amelia, su voz apenas un susurro. Una sonrisa lánguida se dibujó en sus labios—. Pensé que habí