Capítulo 55. Un Nuevo Comienzo.
La noche con Noah había terminado con una extraña mezcla de consuelo y desasosiego. Sus palabras, esa promesa de un nuevo comienzo en una mansión sin los fantasmas de Sarah, habían sido un bálsamo temporal para la herida de Amelia.
Sin embargo, el eco de "Sarah, me encantas" seguía resonando en su mente, una prueba ineludible de que el problema no era solo el lugar, sino algo mucho más profundo en Noah. Se despertó con la sensación de que, aunque la casa cambiara, la sombra se mudaría con ellos.
Los días siguientes transcurrieron en una vorágine de preparativos. Noah, con una eficiencia casi robótica, se puso en marcha para encontrar una nueva propiedad.
Amelia lo acompañó a varias visitas, por Boston, observando cómo él inspeccionaba cada salón, cada jardín, con una minuciosidad que rozaba lo obsesivo.
—Esta tiene potencial —comentó Noah en una ocasión, mientras recorrían una vasta propiedad con vista al mar. Era moderna, luminosa, sin los ornamentos clásicos que atestaban la mansión