A regañadientes, Patrick fue llevado por su padre y su hermano a otra de las habitaciones del hotel. La verdad era que quería agarrar a Peter ahora que había pasado el peligro, pero entre Tory y Vicky lo protegieron —una a cada lado de él— como si supieran las intenciones del Falcone pelirrojo.
—Vamos a dormir —dijo Mike con voz autoritaria—. Tenemos que preparar el regreso. Tu madre ya nos quiere devuelta ipso facto y sabes lo que eso significa, ¿no?
—Pe… pero… —balbuceó Patrick.
—Ya le podrás sacar los ojos —interrumpió Mike con una sonrisa rígida—. Por ahora, deja que descanse. ¿No ves lo emocionada que está mi bisnieta? ¿Y qué decir de mi nieta? Ya lo tendremos en casa y ahí no se salvará del juicio de la familia. Hay que llamarlos a todos y cuando digo «a todos» quiero decir «Todos».
Dicho esto, le dio un bastonazo de cariño en la espalda para que su pequeño rebelde saliera con él, con Michael y con los hombres de éste y todo su aparataje.
Cuando el patriarca cerró la puerta tras