No sé si os he contado que el rollo del AMPA y las madres del colegio es como una puta secta. Y todas las sectas tienen su líder. En la nuestra, en particular, es Aurora Santamaría. Qué asco me da ese nombre, de verdad: tan repeinada y siempre vestida de rosa. A mí me recordaba a Dolores Umbridge, de Harry Potter. Que está claro que, como villana, el señor oscuro no le llegaba a la suela de los talones. Era igual: más joven y guapa, pero esa sonrisa y apariencia amables escondían algo realmente oscuro. Y a ella se le suman sus dos acólitas, que van detrás como perritos falderos: Ari y Adela. La triple A, las llamamos. Yo preferiría llamarlas el aquelarre, porque son unas jodidas brujas, y ya estoy haciendo todo lo posible para implantarlo, pero por ahora no está muy extendido.
¿Por qué hablo de ellas? ¡Porque son las mejores! Las más perfectas, son tan perfectas que mean colonia.
En fin, que me desvío. Cada año se hace una venta de pasteles en el colegio, que sirve tanto para recaudar