Esa misma semana entró Lorena corriendo en la panadería. Esa mañana le tocaba a ella dejar a las niñas. Miró que no hubiera clientes y echó el pestillo.
—¿Eh? ¿Qué haces? Llegas tarde.
—¿Qué pasa? ¿Que el pestillo solo lo usas para tirarte a alguien en la trastienda? —Callé.
—Dime qué pasa.
—Nena, el barrio va lleno. En el entrenamiento de fulbito del barrio, anoche, acabaron en una tangana monumental y tuvo que venir una ambulancia.
—¿Y qué tiene que ver eso conmigo?
—Que tú eres la culpable.
—¿Cómo que soy yo la culpable?
—Bueno, la pelea fue entre dos de tus amantes.
—¡Joder! Dicho así parezco Mata Hari.
—Pues casi, porque dicen que se dieron de lo lindo. Se ve que todo comenzó cuando Álvaro estaba siendo muy duro en el juego, y sobre todo con Pau. Hasta que una de las veces le hizo una entrada que parecía que jugaban a rugby en vez de fútbol. Pau le increpó y Álvaro le gritó que qué tenía contigo...
—¡No jodas! Álvaro no parece celoso.
—Pues me parece que lo es.
—¿Y él le cont