63. Me ama
Rashel tenía una sonrisa temblorosa, pequeña, incrédula… pero real.
Valerik la miró fijamente sin entender lo que le pasaba.
Rashel se acercó a él mientras las demás aún aplaudían cuando el baile terminó.
Se puso de puntillas, rozó su oído y le susurró un "gracias" tan suave que lo erizó. Luego se apartó con una sonrisa pequeña, pero viva, que le iluminó el rostro.
—¿Qué pasa, princesa? —murmuró.
—Está vivo, Valerik.
Él parpadeó.
—¿Qué…?
—Lo siento —susurró—. No sé cómo explicarlo…
Ella de repente se giró hasta donde estaba su familia y mordisqueó su labio antes de suspirar, tomó la mano grande de Valerik para comenzar a hablar.
—Sé que ustedes… —su voz se quebró un poco— no entienden lo que siento. Ni lo que pasó. Pero… agradezco que todos estén aquí para mí y que se hayan preocupado, yo creo… que estaré bien. Sin embargo, necesito decir algo importante.
Cerró los ojos un segundo, buscó aire, y al abrirlos otra vez, su mirada fue directamente hacia él.
Firme.
Desnuda.
—Valerik y