26. Él va a besarme
Su cercanía era difícil de ignorar más aún con lo que le provocaba a su cuerpo.
No debería permitirle que se acercara así pero no podía apartar los ojos de él.
Rashel lo detalló como tenía tiempo que no hacía.
Valerik era guapo, siempre lo había sido y con el tiempo solo se había vuelto más irresistible para ella. Era alto, demasiado. Sus músculos se habían marcado por todas las batallas que había librado junto a su hermano. Sus hombros eran imponentes, amplios, sus brazos también eran poderosos y ella no recordaba lo que se sentía ser sostenida por ellos, Valerik tenía la espalda ancha, el cuerpo de un guerrero, pero cuando la miraba así, con aquella reverencia, el asesino de la Bratva, parecía desaparecer y en su lugar solo quedaba un hombre que la deseaba fervientemente, o eso era lo que ella quería creer.
Esas apariciones de él la estaban llevando a pensar algo que no se había planteado.
¿Estaba Valerik realmente interesado en ella?
Rashel dio una mirada por su cabello castaño osc