22. Solo una vez
Cuándo ella lo dijo finalmente, él no lo esperaba, mucho menos de la manera en la que lo dijo, como si lo confiaré en él y creyera que iba a romper su corazón.
Y aún así, no podía contener el éxtasis de haberla escuchado diciendo lo que tanto había esperado, que ella también lo amaba.
Por un momento, se quedó en silencio, saboreando cada palabra que ella había dicho.
—No tienes que tener algo que sientes porque yo nunca te haría daño, te amo demasiado como para hacerlo.
Los ojos de ella se abrieron y detestó ver un poco de la incredulidad en ellos.
Cuando estaba precisamente desnudando su alma para ella.
—Yo también tengo miedo, porque eres lo único que no puedo controlar lo que se me sale de las manos, la única que me importa lo suficiente como para perder el juicio, solamente he temido a una sola cosa en la vida y es perder a Gian Franco pero ahora te le sumas a ese miedo porque no puedo lidiar estar sin ti. Te necesito en mi vida, siempre. Eres mi obsesión, mi jodida necesidad. No