21. Dejándolo a un lado
Lev ni siquiera tuvo tiempo de sopesar las palabras de Valerik.
Los pasos suaves de Rashel se escucharon de repente y ambos hombres se giraron a mirarla en ese momento quedando embelesados instantáneamente.
Rashel llevaba un vestido blanco ceñido al cuerpo que le llegaba a los muslos mostrando sus piernas bonitas, Valerik la miró aturdido absorto en su belleza, su cabello caía en ondas suaves por su espalda y con cada movimiento se balanceaba.
Ni siquiera necesitaba maquillaje para llamar la atención hacia ese precioso rostro que poseía, sus ojos azules ocasionaron que Valerik sintiera que la garganta se le secara.
“Luce como una diosa…”
Ella podría destruirlo solamente con mirarlo, de aquella manera, como si no sintiera absolutamente nada por él. Rashel tenía el control de él y ni siquiera lo sabía.
Rashel por su parte se detuvo a medio camino.
Había bajado las escaleras para encontrarse con Lev pero en definitiva, no se había esperado encontrarse a Valerik allí de pie junto a él.
Su