Joaquim Campos estaba en una habitación de hotel, casi rompiendo todo con toda la rabia que acababa de pasar. No podía creer en todo lo que su nieto estaba haciendo en su contra; su orgullo estaba siendo tirado a la basura por haber sido contrariado. Intentaba encontrar alguna manera de volver a separar a su nieto de aquella mujer a quien odiaba con todas sus fuerzas, pero ya no había nada que pudiera hacer, ya que Théo podría intentar incriminarlo por haberlo drogado.
Un golpe en la puerta lo hizo volver en sí. Al abrir, Frederic, Louise y Lilian Trajano entraron en la habitación sin siquiera pedir permiso. Los tres no estaban de buen humor.
—Acabamos de saber que usted vino a hospedarse aquí, creo que las cosas no están saliendo como planeó. —Frederic inició la conversación.
—Iba a verlos más tarde, no tengo ganas de hablar ahora. —Joaquim dijo, sin ánimo alguno.
—¿De verdad quiere que esperemos más? —Louise preguntó.
—No es eso. —Intentó explicarse. —Las cosas no salieron como plan