Théo miró a su esposa sin entender por qué había hecho aquella invitación. No era porque había perdonado al abuelo que significaba que lo quería cerca otra vez.
A veces, el perdón significaba eso, estar en paz con nosotros mismos, dejando de cargar un rencor que solo nos perjudica. Sin embargo, dejando muy claro que mantendría una distancia, impidiendo que la persona tuviera la oportunidad de herir de nuevo.
—Vamos a pensar en eso con más calma después. Acabamos de llegar y tú necesitas descansar; es mejor que vayamos al hotel ahora mismo. —Habló, intentando no parecer grosero.
—Está bien, después podemos hablar sobre eso. —dijo ella.
Al percibir que su marido no había quedado muy contento con la conversación, terminó sintiéndose un poco precipitada al hacer una invitación antes de consultarlo primero.
—Voy a pedir que preparen el cuarto de ustedes, mientras alguien irá a buscar sus maletas. —Dijo Joaquim.
—No es necesario. —Théo lo interrumpió. —Esta noche la pasaremos en el hotel; s