Sigues estando tan ciego por esa mujer.
Alessia se mantuvo en silencio, sus labios apretados en una línea tensa. La rabia le ascendía por la garganta mientras sentía cómo el calor subía desde su cuello hasta encender sus mejillas.
Buscó apoyo en la mirada de Sebastián, como quien lanza un salvavidas en medio de un naufragio emocional, pero él seguía inmóvil, atrapado entre la impotencia, la sorpresa y una resignación que se colaba por los bordes de su fachada.
Leonardo carraspeó suavemente, rompiendo el silencio con la autoridad de quien sabe cuándo intervenir.
—Señorita Bertone —dijo con voz serena pero firme, el tono de un veterano que ha presenciado muchas batallas corporativas—, un currículum vacío no es un pecado. Todos comenzamos en algún lugar, pero lo que no podemos hacer, bajo ningún concepto, es exponer a esta firma a riesgos innecesarios, así tenga una amistad con el CEO. Mi voto, al menos por ahora, es no aprobar la creación de esa mesa con la estructura actual.
Uno de los consejeros asintió de inmediato, dejand