El ambiente se volvió tenso, el silencio de Lianett fue peor que miles de gritos. Ella simplemente estaba ahí, en el umbral inmóvil, mirando a sus hijos y a Serena por turnos.
Ya se habían separado debido a la sorpresa de verla ahí, pero ella seguía con ese mismo gesto que puso al verlos en brazo de la mujer que no tolera ni un poco.
—Muñequita. —Barak se acercó a ella para poder cerrar la puerta. —Por favor, escucha la explicación. —Le imploró con la mirada. Conoce bien a su mujer y sabe que está a punto de perder la razón.
—Mami. —Yusaf se acercó a ella. —Por favor, no te enojes. —Miró a Serena para después regresar la mirada a su madre. —Serena nos salvó a pesar de que fuimos malos con ella y solo queríamos agradecerle.
—Sí, mami. —Lesath también se acercó a ella. —Creo que Serena solo es complicada, no mala. —Escuchar a su hija, a esa niña que prometió jamás perdonarle que se quedara con su padre, la rompió.
—Kenji, llévate a mis hijos. —Ordenó Lianett dejando en evidenc