El viaje había terminado lleno de tensiones. Lianett no soportaba a Serena y esta última le causaba gracia como siempre el saber que le caía tan mal.
Barak intentó explicarse con su mujer para que no fuera tan dura con Serena, pero tras un par de intentos fallidos y tras comprender que de seguir así quedaría divorciado, no lo intentó más.
Kenji, por otro lado, no oculta la felicidad de que Julieta esté soltera como siempre debió estarlo y, aunque lo niegue, la verdad es que le causa alivio el saber que no está con el bastardo que pretendía usarla para llegar a Barak.
Julieta, por su lado, no había sido tan miserable como esos días. Ella apreciaba a Joseph y le decepcionó que él jugara de esa manera con ella, pero a pesar de todo, no lo ødia más que a Kenji.
Los diablitos, después del susto que pasaron y de ser salvados por la rival de su madre, se sintieron mal, pero como la fiera estaba a la defensiva, ellos no habían tenido el valor de decir la verdad.
—Está siendo muy crue