Lianett no podía respirar, ¿Tan decidido estaba Barak en joderla que se está arriesgando a reconocer a sus hijos en un país donde no tiene influencias?
―A... a ver niños. ―Miró a sus hijos desconcertada. ―¿Cómo está eso? ―No lo podía entender. ―Creí que querían a Clément y...
―Justo por eso, mami. ―Yusaf agrandó su sonrisa. ―Lo queremos, pero también queremos a papá. ―Lo tomó de la mano.
―Además, hicimos un trato con papá. ―Artem puso esa cara de mafioso que enorgullece a Barak. ―Él trataba bien a Clément y nosotros como agradecimiento nos pondríamos el apellido.
―¡Sí! No le rompió la cara. ―Río Lesath sin saber lo que había dicho.
―¿Qué? ―Lia miró a su hija horrorizada.
―Sí, papi dijo así: ¡No le rompo la cara porque los amo demasiado y no quiero herirlos! ―Puso un gesto feo tratando de imitar el de su padre.
Julieta se mató de la risa y Barak trató de no sonreír, mientras tanto, Lianett se quería morir. ¿Cómo la podía estar fastidiando tanto? Sabía que tarde o temprano