LISSANDRA
Estaba de pie al lado de mi cama, Ashton besandome, sus manos recorriendo mi cuerpo y yo... yo estaba volviendo a sus brazos, perdí cualquier gramo de cordura, solo quería entregarme a él, quería volver a sentir su pasión, su amor, su deseo.
—No sabes lo que ha sido vivir sin ti —susurró, besando mi cuello, mi hombro, sacando el hilo que mantenía mi vestido en su lugar—. Verte con él. Pensar que dormías en su cama…
—Yo… solo pensaba en ti —le confesé, con lágrimas quemándome los ojos—. Me dormía con tu camisa. Me abrazaba a tu olor. Era lo único que me mantenía cuerda, Ash…
Eso fue todo. El vestido cayó, me tomó entre sus brazos y me acostó en la cama.
Su cuerpo se hundió sobre el mío.
Su boca descendió por mi cuello.
Mis manos, desesperadas, sacaron ese polerón que usaba y luego esa polera dejando su piel desnuda para mí, lo llené de besos mientas sus manos recorrieron mi piel con el respeto de quien adora lo que toca, pero con el fuego de quien ya no puede esperar más.
Me