LISSANDRA

Me desperté en los brazos de Ash, su calor me envolvía de una manera tan dulce, su aroma, todo en él era la trampa perfecta para quedarme en sus brazos toda la mañana. Mi cuerpo aun sentía un pequeño ardor por nuestra noche de pasión, no sabía cómo mi hombre podía tener tanta energía todas las noches, no había noche que me perdonara, a veces era mañana, tarde y noche, aunque yo era feliz con mi insaciable semental.

Sonreí al recordar sus movimientos hace apenas unas horas, besé su pecho y mis manos recorrieron su espalda, sus brazos me apretaron contra su cuerpo y se hundió en mi cuello dejando suaves besos.

— Buenos días pequeña, ¿dormiste bien?

— Lo poco que me dejaste dormir, sí, dormí bien

Una risa baja se sintió contra mi cuello.

— No es mi culpa que seas tan irresistible para mí, tan solo una mirada tuya y mi pantalón se siente apretado.

— Mi semental insaciable, te amo.

Nos levantamos entre besos directo a la ducha donde me dio mi dosis de pasión matutina, estaba arre