Auch… Eso dolió. ¡Hola, golosas! ¿Qué tal todo? Espero que estén disfrutando la historia. Yo amo a esta pareja, por eso me la paso poniendo imágenes y datos en mi Face. Gracias por todo el apoyo, las quiero mucho.
LaurelEl momento en que los brazos de ella cubrían a mi pareja se volvió eterno, y el miedo era como un puñal que se clavaba en mi pecho insistentemente, llevándose mi capacidad de respirar con un ritmo tranquilo.Sentía que me asfixiaba.Era como si volviera a vivir el doloroso pasado de cuando Draevor encontró a su mate. En ese entonces, me sentí desplazada y abandonada, completamente sola...Justo cuando habíamos hablado acerca de nuestros sentimientos, ella apareció y se robó su corazón. Ya no había nadie más importante para él que su mate. Y, aunque fue doloroso, estaba bien para mí. Si mi amigo era feliz, yo lo sería por él.De todas formas, ni siquiera nos habíamos dado un beso de confirmación. Nada.Sin embargo, con Liadrek no solo había entregado mi cuerpo, también mi alma, mis temores y mi corazón. Me rendí completamente a lo nuestro y decidí dejar de esconderme tras mi escudo, ese que usaba para protegerme de otro desamor.Pero ahí estaba Liadrek, con la mirada perdida, rí
LaurelEl trayecto a casa fue incómodo, cargado de tensión y evasión de mi parte. Apenas hablaba lo crucial, y presioné para que no hubiera paradas que no fueran estrictamente necesarias.Solo quería llegar a casa y llorar en mi habitación. Sí, como si fuera una adolescente inmadura, pero es que dolía, y mucho.Ayayay...Nunca había visto a Liadrek tan atento a otra mujer que no fuera yo, tan preocupado porque se sintiera cómoda, tan dedicado a cuidarla.Y ella, pues, se aprovechaba de su nobleza. Parecía tan débil, que requería de Liadrek hasta para lo más mínimo; mas tenía la leve sospecha de que era una excusa para llamar su atención. ¡Qué chiquillo tan estúpido! Caía en su tonto juego como el inocente que era.Y yo estaba harta de esta situación, pero tampoco pelearía por un hombre que se suponía era mío. Si tenía que intervenir para que él me respetara, entonces nuestra relación no valía la pena.¿Dolía? Sí, pero yo ya no estaba para lidiar con este estúpido drama de cachorros. A
LaurelMi corazón latía vehemente a medida que me acercaba al comedor. Traté de controlar la exaltación en mi pecho con respiraciones largas, pero nada funcionaba contra esta ansiedad que me tenía inquieta.Ayayay...Debía calmarme y ser valiente. Ya era momento de enfrentar a Liadrek y saber dónde estaba parada. Solté una última exhalación y aumenté la velocidad de mis pasos, llegando finalmente al comedor.Allí estaba él, con la misma tranquilidad que lo caracterizaba, como si no hubiera puesto mi mundo de cabeza.Suspiré y me acerqué al comedor, captando su mirada.Me congelé en mi lugar, pues estaba demasiado nerviosa. No pude evitar su mirada, así que me sumí en el azulado plateado que me contemplaba con la misma intensidad de siempre, como si todavía yo fuera la dueña de su corazón.Y flaqueé. Toda la valentía que tuve mientras no lo veía se fue a la borda, y ya no estaba segura de aceptar, con calma y madurez, que su mirada especial perteneciera a otra.No, Liadrek era mío...A
LiadrekMis pasos sigilosos dejaban un chasquido, provocado por la humedad en las hojas que pisaba cada vez que avanzaba por el camino trazado en medio de los árboles.La brisa fría me golpeaba la piel sin un atisbo de piedad, lo que, algunas veces, provocaba leves temblores en mi cuerpo.Poca luz me guiaba, pues el cúmulo verde oscuro opacaba los pocos rayos solares que intentaban colarse en el bosque.Mi mente iba ajena al peligro, también distraída en los detalles naturales que me rodeaban. No tenía un rumbo fijo ni un destino trazado; solo era atraído por un olor dulce que me provocaba emociones encontradas: calidez y culpabilidad, redención y tristeza.Las palpitaciones de mi corazón se hacían más intensas a medida que salía del bosque. Era como si lo que me esperaba afuera controlara mi interior y jalara de un lazo invisible que me tenía cautivo a su voluntad.Salí a un claro y vislumbré un arroyo que brillaba. Había una figura femenina allí, rodeada de humo. Caminé hacia ella c
LaurelParpadeé varias veces antes de dejar que la luz que se colaba por la ventana me despertara. Me incorporé de golpe, pues, al parecer, ya la mañana estaba avanzada.Ayayay... ¡Es tarde!—Ummm... —se quejó Liadrek a causa de mis movimientos bruscos al tirarme de la cama. Entonces recordé que me trasnoché por su culpa.No pude evitar observarlo por unos segundos, en los que mi sonrisa de tonta me iluminaba el rostro —o eso me imaginaba—, pero, de seguro, parecía una loca ahora mismo.Mi beta hermoso, ¿cómo era que su cabello se veía intacto? El mío parecía un nido de pajaritos mal hecho.Ay, ¡qué envidia!Supuse que se debía a lo lacio que era, pues su cabello siempre estaba brilloso y en su lugar. Solo unas pocas hebras se salían de la perfección, pero hasta con las manos podría peinarlas.Ayayay... Liadrek era la belleza viril encarnada. Y se veía tan apetecible así, dormido.Ay, todavía no me creía que todo eso era mío.Mi corazoncito dio un salto de alegría y dicha. Me sentía t
LiadrekTodo iba de maravilla, demasiado perfecto como para continuar así. ¿Por qué no podía tener paz completa? Siempre había un evento que acababa con mi tranquilidad y, por supuesto, este día no sería la excepción.¡Por los Woses antiguos!¿Hasta cuándo tenía que soportar a este hombre ruin?—¿Qué haces aquí? —interpelé, cargado de rabia y descortesía.Su mirada burlesca me ardió la sangre y encendió unas ganas inmensas de enterrarle mi puño en su cara de idiota.—¿Desde cuándo los subordinados acosan a los invitados de su alfa? —dijo con arrogancia, como si su presencia fuera bienvenida aquí.No lo soportaba.—Draevor, yo no te invité —le respondió Laurel, hastiada.Me sentí mal por ella, pues pude sentir su cansancio emocional y estrés. No quería ser partícipe de su malestar, pero no podía evitar los celos que me consumían cada vez que veía a ese descarado. Era obvio que él buscaba su cercanía, que intentaba apartarla de mí.Y no se lo permitiría. Laurel era mía, mi pareja.—Bell
LaurelMe quedé pensando en la información que me dio Draevor, y una pregunta no me ha dejado en paz en todo el día: ¿por qué esa manada entregó a la Wosa a los cazadores?Según tenía entendido, en la región de lobos comunes, estos eran apreciados y hasta explotados, así que deshacerse de uno no era algo lógico.Miré a Dariela, que trataba de sacar su energía marrón ante Liadrek, quien la estaba guiando. Me intrigaba lo débil que era esa Wosa, pues le era difícil hacer una demostración de su poder.Suspiré.¡Era demasiado estresante ser una guía!Ayayay... mi cabeza era un lío.Contuve la respiración cuando Liadrek se acercó a ella y la ayudó a hacer movimientos que sacarían su energía, pero estaba muy cerca...Noté sus miradas profundas y cómplices, la familiaridad con la que se tocaban, cómo les era cómoda dicha cercanía...Ay, ya no soportaba ver la química entre ellos, esa conexión que fluía de manera natural.«Eres una tonta. ¿Seguirás permitiendo que ella toque a nuestra pareja?
LaurelSabía que mi repentino silencio y la manera tan profunda en la que estaba mirando a Zebela eran extraños y sospechosos, que debía reaccionar antes de que ellos se preocuparan, pero no podía evitarlo.Mi cerebro estaba trabajando rápido, hilando eventos y uniendo piezas.Ayayay... Yo ya no sabía qué pensar.—¿Todo bien? —la voz de Bastian me trajo de vuelta, entonces exhalé un largo suspiro y sonreí.—Sí, solo veo que Zebela está más enérgica. Por lo visto, alguien aquí sí entrena —comenté, acusatoria, pero Bastian solo resopló, desinteresado en mi sermón indirecto.—Soy el alfa. Como tal, necesito priorizar mi tiempo, en especial ahora que tengo unos gemelos que no descansan. ¡Son terribles! —se excusó, como siempre.—Ya que ustedes se han saltado algunos entrenamientos, vine para que practiquemos aquí.Los ojos de Bastian se entrecerraron, pero me esforcé en no delatarme.—Ummm... —masculló, para nada convencido.—¿Empezarás con tu insolencia? —le reclamé, a la defensiva, pues