Nevan
Observé victorioso cómo destrozábamos a ese maldito wos, pero lo más divertido de ver fue la cara del asqueroso de Ronaldo.
Su expresión lastimera era invaluable.
Y sí, todo fue una trampa. Zora era nuestra informante, la misma que nos dijo todos sus movimientos.
Pero lo más gratificante de todo era ver a Kaia transformarse.
Su loba era tal cual la había visto en mis sueños. Hermosa y fascinante.
Mi lobo se emocionó, pese a que era diferente a nosotros; yo era híbrido, pero eso no fue impedimento para que él quedara flechado.
«Apareamiento», insistía mi lobo. Sí, así de irracional era.
¡Por los woses! Me temblaba todo el cuerpo con tan solo verla correr libre y feliz. La satisfacción recorría cada poro de mi ser.
Entonces miré al imbécil de Ronaldo. Era su turno, pero antes me burlaría un poco.
—¿Qué se siente ser el imbécil del juego? Creíste que habías hecho una gran hazaña. Te pasaste horas y hasta días creando un contra antídoto que no te serviría de nada —le dije, muy feliz