Nevan
Era la primera vez que el placer de mi cuerpo se fusionaba con mi alma, y que experimentaba tantas delicias juntas.
Estaba en un trance etéreo, donde mi lobo dominaba mi juicio y cumplía con su rol de unificar mi esencia con la de Kaia… o eso pensé que sucedía.
Nunca imaginé que no estábamos compaginados en esta unión, que ella no deseaba el reclamo.
¡Por los putos Woses!
Había olvidado que Kaia no tenía loba, así que su ser estaba limitado, y quizás necesitaba un trato menos fiero.
Además, era su primera vez... pero también sería la mía, ¿no? Me dejé llevar por el efecto del ritual de reclamo y le di riendas sueltas a mi lobo y a esta pasión que había reprimido por tanto tiempo.
Cometí un maldito error.
Quizás ella no sentía lo mismo por mí.
Me quedé mirándola, estupefacto, humillado y con el dolor del rechazo apuñalando mi corazón.
Me sentí traicionado…
Buscaba una maldita razón para su ataque, algo que justificara este dolor, algo que me hiciera sentir que no valía nada... pe