Kaia
No supe si entendí bien o estaba malinterpretando sus palabras, pero ¿él se enojó por eso?
—¿No somos amigos? Creí que... —Me mordí el labio inferior y me sentí pequeñita.
¿Fui muy atrevida al expresar una relación tan cercana entre nosotros? ¿Malinterpreté nuestra cercanía?
—Lo siento, yo... fui muy atrevida en decir eso. No eres amigo mío, lo eres de Zebastiel. Yo solo soy la hermanita de tu mejor amigo, nada más. Perdón por creerme tanto...
—¡¿Es en serio?! —me interrumpió, y luego se apretó el cabello con sus manos—. Esto debe ser una maldita broma.
—¿Te volviste loco? —le reclamé—. No entiendo por qué estás enojado. —Me crucé de brazos e hice un puchero. Nevan estaba acabando con mi paciencia.
—¿Acaso te importa? Para ti solo soy “mi amigo” —imitó mi voz con una mueca—. Claro, no querías verte comprometida delante de ese gusanito. Al parecer te gustó, ¿eh?
Bien, yo no entendía nada. ¿Acaso Nevan bebió alcohol todo el día?
—No sé de qué hablas —dije, cortante.
—Claro, te hará