Aunque lo estábamos pasando de maravilla, recuperando el tiempo perdido, cuatro personas nos sacaron de nuestra burbuja sexual.
—Chris…
—Shu…
—¿Estarán vivos?—escuchamos decir a mi amiga traidora y la carcajada de su Romeo me saca una risita a mí.
—Pues claro que sí, te puedo asegurar que están haciendo la segunda parejita.
—Ya cállate, idiota. Es que Ro me preocupa—enarco una ceja y mi viborita se encoge de hombros—, Chris no es muy llano a discutir, pero cuando se enoja y de verdad estaba muy molesto.
—Mujeres…
—¿Cómo que mujeres?— y creo que mi viborita se pregunta lo mismo.
—Se nota que conoces poco a Mí amigo— y ya viene el soberbio…
—Ilumíname entonces, señor sabelotodo.
—Pues es simple, Chris no es un ser rencoroso y si me precio de ser uno de sus mejores amigos, estoy seguro que la perdonó incluso antes de verla junto a ti.
—¿Tanto así?
—Tanto así.
—Oh…
—Así es él, un ser de luz, amable y de buen corazón. Si supieras todas las cosas buenas que ha hecho a pesar de