KILLIAN
Ahora con todo lo que sé va estar todo bien para mi banda, para mi, para Dana.
—¿Lo tenemos?
—Lo tenemos —afirmo—. Organiza una reunión en mi oficina.
—¿Para ahora?
—Sí, cuanto antes.
—Vale, presidente. Nos vemos en un rato.
Cuando me quite toda esta mierda de encima todo irá mejor. ¿Cómo coño confié en ese gilipollas para llevar tratos?
—¿Te vas? —Su voz llena la cocina casi en un susurro.
A veces me parece que va a romperse. No tiene ni idea del mundo aunque ella crea que sí, me gustaría mantenerla en la ignorancia.
—Nos vamos los dos al club, todavía no me fio de dejarte aquí sola.
Porque me daría algo si vuelve a pasarle algo. La quiero, joder si lo hago. Su pelo rubio se balancea largo por su espalda mientras subimos las escaleras y quiero enredármelo entre los dedos y follarla en mitad del pasillo, lo haré esta noche aunque me cuesta contenerme cuando se desviste delante de mi para ponerse ropa abrigada de calle. Si hubiera sabido que esta mujer iba a ser tan mía la hubi