Capítulo 78

A los dos días, Beatriz recibe el alta médica. Nora está allí desde temprano, acompañándola en cada paso, sin querer dejarla sola ni un solo momento. Le ayuda a recoger sus pertenencias, a firmar los papeles y hasta a asegurarse de que la señora tenga un abrigo para salir del hospital.

Beatriz camina despacio, apoyándose en el brazo de su nieto, pero cada tanto lanza una sonrisa agradecida a Nora. Esa atención constante le conmueve.

Para Nora, estar con ella significa mucho más de lo que dice en voz alta. Beatriz le recuerda a su propia abuela, aquella que solo estuvo con ella durante la infancia y que siempre consideró como la mejor abuela del mundo. Ese recuerdo hace que trate a la señora con un cariño especial, como si quisiera compensar la ausencia de la suya propia.

Ya instaladas en el auto, camino a casa, Beatriz toma la mano de Nora con suavidad.

—Silas me dijo que te gusta el arte —comenta con una sonrisa traviesa—. Hoy en la noche hay una exposición en una galería