113. Se disuelve como espejismo

113

El alivio que Silas sintió al descubrir que la mujer dentro de ese quirófano no era Nora se disuelve con la rapidez de un espejismo. Apenas le dura unos minutos. Estando en una oficina privada En uno de sus muchos edificios recibe una llamada de Ciro llama, la tensión vuelve a golpearlo con más fuerza, helándole la sangre.

—Señor… —la voz de Ciro suena extraña, como si le costara respirar—. Revisamos todo. Ninguno de los heridos o fallecidos es ella, pero tenemos un contacto en un hospital, no están seguros de que sea ella. Necesitan identificar a la mujer, está muy herida.

Silas se queda en silencio. Está en el lugar solitario y oscuro, todavía con el olor a desinfectante y al cobre de la sangre aún en su nariz. Mira al suelo, al vacío, intentando procesar las palabras. Por un instante, su mente se niega a creerlo.

—¿Qué significa eso? —su voz es baja, contenida, pero el tono hace temblar a cualquiera que lo escuche— déjame ir a ese hospital, seguro que es ella. Debe estar muy
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