Interludio: Donde mueren las voces.
El silencio no debería doler, y sin embargo, Cayden lo siente como una herida abierta que se expande, llenando los pasillos metálicos con algo más pesado que el aire: ausencia.
No sabe cuánto tiempo lleva caminando. El suelo está cubierto de polvo y fragmentos de vidrio; cada paso deja una huella húmeda, una mezcla de sangre artificial y fluidos de contención.
A veces cree escuchar su nombre en los altavoces rotos, una voz que no termina de ser real.
Selena.
No la dice en voz alta. Teme que el eco lo traicione.
Sus sistemas internos fallan. El monitor en su retina parpadea con advertencias en rojo:
“Error en enlace emocional. Función alfa desincronizada.”
No entiende del todo qué significa, pero el dolor no se apaga. Y si siente dolor, entonces aún queda algo vivo dentro de él.
Cae de rodillas frente a una puerta metálica abierta. Dentro, solo hay oscuridad, y dentro de la oscuridad, fragmentos de memoria que el Consejo no alcanzó a borrar del todo.
Ella de pie en medio del campo de e