El Umbral del Punto Ciego.
El límite no estaba marcado por muros ni por señales visibles, no había barreras físicas ni advertencias proyectadas en el aire. Aun así, Isela supo exactamente cuándo lo cruzaron.
Fue una sensación interna, casi orgánica: una interrupción brusca del fondo constante que la red Alfa imponía sobre cada espacio habitable.
No un silencio común, sino la ausencia de supervisión., como si algo hubiera dejado de observar.
Isela redujo el paso instintivamente. Cayden hizo lo mismo medio segundo después, sincronizado con ella sin necesidad de mirarla.
Ambos permanecieron inmóviles durante varios segundos, evaluando un entorno que no respondía a ningún parámetro familiar.
Frente a ellos se alzaba la infraestructura central del punto ciego.
No era un edificio único, sino un conjunto integrado de estructuras bajas y profundas, parcialmente enterradas, conectadas entre sí por conductos visibles y corredores que no seguían la lógica modular de la red Alfa.
La arquitectura era funcional, pero no esta