Sofi agarra los platos de ellos y los hace girar. El de Mateo se detuvo en la porción de jamón y morrón y el de Ian en la porción de rúcula. Éste último arruga la nariz al ver lo que le tocó y escucha a Sofi reírse. La mira elevando una ceja y gira el plato de ella. El cual para en la porción de jamón y morrón al igual que Mateo. Ian sabe que no le gusta el morrón y sonríe con suficiencia.
—No dejes nada —exige, llevándose su porción a la boca, le da un buen mordisco con los ojos cerrados y luego lo baja con un gran sorbo de agua.
Los tres comen riéndose de las porciones que les tocan y de las caras de Mateo cuando le tocó rúcula y luego ananá, el primer sabor no pudo pasarlo y se lo cambio a Sofi por la napolitana, el de ananá no le fue tan desagradable. Cuando les quedaban tres porciones a cada uno, ya no daban más, la primera en tirar la toalla fue Sofi.
—Dios, perdí la práctica —exclama, después de bajar la comida con un largo sorbo de jugo de durazno.
— ¿Cómo que perdiste practic