Capítulo 166

Las mujeres salen de la casa dejando a los hombres frente a un partido de fútbol y bebiendo cerveza. Luego de una inspección de cada uno de ellos hacia ellas, pudieron librarse de sus chicos sin más altercados.

Las chicas estaban dirigidas por Tony, él era quien direccionaba la noche. La despedida de soltera se festejaba en el club Night, un lugar bastante famoso por sus potentes strippers y diferentes clases de espectáculos. Sin hacer fila, ya con los pases libres, traspasan las puertas del establecimiento, recibiéndolos con la mezcla de aromas de diferentes perfumes caros, tanto de hombres como de mujeres, el olor a cigarrillo y alcohol. Arriba del escenario había un grupo de chicos haciendo una sensual coreografía siguiendo los acordes de la canción “Shot me down” de David Guetta ft Skylar Grey. Un hombre vestido con un traje negro los lleva hasta sus asientos, mientras el grupo de chicos seguía bailando y quitándose más prendas.

—Ay, Dios, de lo que nos hemos perdido —exclama Sole llevándose una mano al pecho.

—Totalmente de acuerdo —asiente Lina—. ¿Que alguien me diga por qué carajo me negaba a venir? —bromea, mientras se pone una vincha de cuernos de Lucifer con luces, sobre la cabeza.

—Esto no es bueno para mi salud —expresa Tony y abre muy grandes los ojos—. Ahí viene uno. Viene hacia acá —señala a un chico con el pelo corto tipo militar, ojos negros con enormes pestañas negras y un cuerpo tallado a mano.

El chico se acerca a la mesa de ellos con solo una zunga y un corbatín como prenda. Camina bailando, moviendo todo ese arsenal y se acerca a Lina, ya que se destacaba por la vincha, era una prueba que la que dejaba de ser soltera era ella y de eso se iba a aprovechar el joven.

—¡Voy a irme al infierno! —chilla la aludida, al tiempo que le coloca un alojamiento en la pequeña zunga.

—Ya estamos ahí —le sonríe de forma seductora el chico.

Lina le hace una seña y él la entiende, por lo que se mueve hacia Sofi que miraba nerviosismo el culo del chico. Él le sonríe a la joven y camina hasta quedar en su espalda, posa sus manos en los hombros femeninos y comienza a mover las caderas. Sofi, tapa la cara con las manos y pega un grito ahogado cuando el stripper toma un puñado de su cabello para tirar su cabeza hacia atrás y poder verla. La pobre Sofi estaba roja escarlata y su pulso se estaba yendo a las nubes. Los demás reían y se divertían, pero Sofi no estaba pasándola muy bien, sentía que, con tan solo mirar a otro, engañaba a Ian y eso a ella no le gustaba. Tony se da cuenta de que ella no estaba muy a gusto con la cercanía del chico y con sutiliza hace que se retire hasta otra mesa.

La champaña llega a su mesa y Tony se encarga de servirle a cada una de ella, menos a Sole que tenía un jugo de frutas, y brindar por lo que le esperaba a Alex en un futuro cercano con la mujer de ojos grises y por el futuro hijo que venía en camino fruto del amor que sentían Sole y Erik y, por último, pero no menos importante por la prospera vida que tenía Sofi, con su ya pequeña familia formada, compuesta por el adonis rubio y su pequeño hijo de corazón.

De pronto las luces del club se hicieron más bajas y los primeros acordes de “Feel It de Jacquees” comenzaron a expandirse por el lugar dejando a todos enfocados en el escenario, en donde había solo una luz brillante dejándolos ansiosos por ver lo que iba a suceder. Tres hombres vestidos como pilotos aviadores que ocultaban sus rostros con máscaras fueron en busca de la líder de la noche. Lina al ver que uno de ellos extendía una mano para hacerla levantar de su asiento abrió muchos sus ojos y negó con la cabeza, no quería que la llevaran al escenario, ni muchos menos ser el centro de todas las miradas, sin contar que no se sentía bien hacer eso mientras su hombre estaba en casa esperando por ella. Pero los hombres eran jodidamente impacientes y no aceptaban la negativa por parte de ella, por lo que uno de ellos se hizo con ella y tomándola por la cintura la alzó y la llevo sin miramientos hasta el escenario, en donde una silla la estaba esperando. El chico con la máscara la situó en la silla, mientras otro se encargaba de atarle las manos en los apoya brazos, sin que ella pudiera reaccionar sobre lo que estaba pasando. Miró sus manos atadas en el asiento con unas esposas de terciopelo sin poder creer lo que estaba ocurriendo. Su rostro se volvió ligeramente rojo. Pero no era por excitación, sino más bien por enojo, no le gustaba que jugaran de esa manera con ella y mucho menos, odiaba cuando la tomaban con la guardia baja y de sorpresa. Mientras la música seguía sonando uno de los chicos se situó detrás de ella poniendo sus pesadas manos en los hombros femeninos y le susurro que estaba tranquila, ya que la notaba muy tensa y enfadada. Las luces se apagaron por completo justo en el estribillo de la canción y cuando se volvieron a prender, los tres chicos que habían ido a su búsqueda ya no estaban y solo había un hombre frente a ella, también vestido como piloto de vuelo y con una máscara tapando sus ojos.

Ella entrecierra sus ojos para verlo mejor, había algo en él que le era demasiado familiar, pero no podía pensar con claridad, ya que él se cernía sobre ella y movía sus caderas endemoniadamente sensuales, contra ella.

Lina lo observa con detenimiento, buscando qué era lo que le llamaba la atención sobre ese hombre que prácticamente le estaba dando sexo imaginario con cada movimiento que desprendía. El hombre comienza a desnudarse, saca su chaqueta de piloto dejando ver que su camisa se pegaba a cada músculo bien definido de su cuerpo. El hombre se pone de pie frente a ella tomando una distancia prudente, sin dejar de moverse y ladea la cabeza dándole una torcida sonrisa, al tiempo que se desprende de su camisa. Y fue un poco esa sonrisa y otro poco el torso del hombre desnudo que la hizo abrir los ojos con asombro y, abrir y cerrar la boca, boqueando como si fuera un pez fuera del agua. Ahora entendía con claridad que era lo tan familiar que veía en ese hombre.

—Hola, ángel —le susurra Alex peligrosamente cerca de su boca al notar que ella ya había descubierto quien era.

-¿Alex? —era una pregunta estúpida, pero no podía creer que él estuviera haciendo algo así en su despedida de soltera.

—¿Esperabas una otra persona? —le cuestiona elevando una ceja con supremacía y arrogancia, exactamente como sabía que eso a ella le molestaba y encendía a la vez. Alex solo estaba jugando con ella, como siempre hacia cuándo tenía oportunidad. En un movimiento ágil se quita los pantalones dejando ver una zunga de cuero blanco que contrarrestaba con su piel bronceada. Lina niega con la cabeza al entender todo lo sucedido y se carcajea echado la cabeza hacia atrás.

—No ibas a dejar que otro hombre se posara desnudo ante mis ojos, ¿verdad?

Toda la situación le hacía gracia, sin embargo, debía admitir que le encantaba cuando Alex sacaba de la galera algunas cosas sucias y retorcidas y la sorprendía al mostrarle que no era tan protocolar como todos pensaban que llevaba su vida.

—Absolutamente no.

La última palabra la dijo ya con sus labios pegados a los de ella y comenzó a devorar la boca que siempre lo mantenía al filo de la línea.

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