Capítulo 164

Semanas después…

—Todavía no puedo creer que estemos haciendo esto —exclama Lina mientras se vestía con un top color rubí y una falda negra de tubo.

—La que no lo puede creer soy yo —interviene Sole tocándose el vientre a punto de explotar—. Me veo como un embutido casero —exclama negando con la cabeza y viendo como le quedaba el vestido azul eléctrico que eligió para esa noche.

—Estas hermosa —suelta Tony después de reír—. Nadie te ve como un embutido.

—Más bien como una anaconda en plan de digestión —bromea Lina.

—Esto es por tu culpa —masculla Sole.

-¿Desaparecido en combate? —Ella se señala a sí misma—. Yo no te mandé a que te acostarás con Erik, ni mucho menos a que te casaras.

—No hablo de eso —contesta mostrándose en verdad frustrada—; hablo de estar metida en esto que dice llamarse vestido

—Yo no tuve la idea de esta despedida de soltera —le recuerda Lina mirándola con suficiencia.

—Pero alguien tenía que hacerlo. Aprovechar que diste el brazo a torcer y al fin vas a casarte y dejar de jugar a la casita con Alex —le regaña divertida.

—Me gusta ese juego —se mofa Lina haciendo morritos.

—¡¡Hola!! —Sofi entra en la habitación de Lina con una amplia sonrisa dibujada en su rostro.

—Vaya, alguien tuvo una buena noche —Se jacta Tony haciendo que de inmediato la joven se sonroje.

—Tony —murmura con timidez bajando la cabeza avergonzada.

—Ay, por Dios, ¿todavía tiene vergüenza? —expresa Sole—. Esto es increíble, no sé cuánto tiempo a nuestro lado sin quedar completamente roja chillón —Eso hace reír a todos.

—Bueno deberíamos apurarnos —Los i***a Tony—, antes que los hombres se arrepientan de darles permiso.

—Están todos abajo —les hace saber Sofi.

—Hay que arreglarte, Sofi —exclama Tony.

Sofi asiente y se ponen en eso, la visten con un vestido negro con encaje y unos tacones también negros con la suela roja, haciéndola lucir endemoniadamente sexi.

—Va a estar complicada la salida de esta casa —esboza el boricua mirando alternativamente a cada una de ellas.

—Podemos escaparnos sin que nos vean, como los ángeles de Charly —dice medio en serio, medio en broma Lina.

—Deja de burlarte de nosotros, Lina —le reprende Sole.

—Bien —mufa Lina—. ¿Les digo la verdad? —Todos asienten y ella sonríe—. Tengo muchas ganas de llegar a ese club y pasarla muy bien. Hace mucho que no salimos a hacer desastre por las noches.

—Es verdad, parece que ha pasado una eternidad de la última que salimos a festejar algo —concuerda Sole con ella haciendo que los demás asienten.

—Bueno, ahora tenemos para festejar muchas cosas —Lina le sonríe mirando su vientre—. Tu bebé primero que nada, que estás casada con un hombre asombrosamente maravilloso y que te bajaría la luna si eso fuera posible —Posa su mirada en Sofi—. También que Sofi pudo conseguir que Mateo sea su hijo bajo el juez, hizo los pasos con su abuela y se casó con un hombre que la ama más de lo que sabe que es el amor y también ama a Mateo y va a cuidar de los dos sin ninguna duda —Mira a Tony—. Y, sé muy bien que el camino de Tony se está haciendo firmemente, sé que hay alguien que está dándote vueltas en la cabeza y antes de que te des cuenta vas a estar bien centrado. Pero lo que más tenemos por festejar; es que somos una familia, una loca familia, y que cada uno de nosotros daría cualquier cosa por el otro.

Sole comienza a derramar lágrimas silenciosas.

—Sole, el maquillaje —chilla Tony.

—Las hormonas —grita frustrada Sole haciendo reír a los todos.

—No hacía falta que Lina dijera todas esas cosas, ellos ya lo sabían, cada uno había demostrado, en lo que podía, que en verdad estaban el uno para el otro, aunque no venía nada mal escuchar que en verdad era así.

Todavía Sofi sentía un poco de miedo por lo sucedido con el padre de Mateo, pero Ian estaba todas las noches con ella para protegerla y hacerle saber que nunca más, nadie iba a poner un dedo sobre ella o sobre Mateo. Ian le hacía saber cada noche, cada día, cada hora y cada minuto que ellos eran lo más importante para él y si tenía que matar a alguien por hacerles daño, lo haría sin pensarlo dos veces. Todavía estaban renuentes a contarle a Mateo la verdad, pero sabían que iba a llegar el momento de hablar y ser sinceros con el chico.

Cuando Sofi salió del hospital, Ian y Mateo la llevaron a casa, donde permaneció otra semana más en reposo. Cada vez que Ian veía el rostro de ella, su mandíbula y puños se apretaban con furia y juraba que el padre de Mateo iba a rogar para que lo mataran en vez de seguir en prisión, por todo lo que iba a mandar a hacer para que lo jodan. Ian sabía que Gaby ya se había ocupado; se enteró que en la segunda noche que pasó en prisión ya lo habían violado, dos noches más tarde supo que lo habían golpeado dejándolo por varias noches en la enfermería, cuando salió de la enfermería lo violaron dos veces más y lo habían golpeado mientras le rompían el culo. Saber esas cosas era lo que a Ian lo calmaba cuando la veía lastimada a Sofi, cerraba los ojos por varios segundos haciendo memoria de lo que se enteraba que pasaba con el padre de Mateo, los volvía a abrir y la sonrisa de Sofi lo regresaba al lugar donde pertenece, a su hogar.

Ella era muy consciente respecto la frustración de Ian cada vez que la veía y rezaba por que los hematomas se iban más rápido para así dejar de ver el sufrimiento que los ojos azules de Ian emitían en cada zona morada de ella.

Un alivio enorme fue cuando su rostro volvió a ser el mismo de siempre sin siquiera un rasguño.

Ahora Ian estaba con los demás esperando que las mujeres bajaran para irse a ese club de strippers y así completar con la sorpresa para Lina. Tanto los hombres como las mujeres sabían en qué consistía la sorpresa para ella, era demasiado obvio que los hombres no las iban a dejar ir a un show de strippers, ni de broma. Las mujeres iban a ver a strippers, por supuesto que lo iban a hacer, pero también iban a ver lo que Alex tenía preparado para su futura mujer.

—Todavía no puedo creer lo que vas a hacer —entona Ian después de darle un trago a su cerveza.

—Vamos a hacer —lo corrige Alex y Erik asiente con un movimiento de cabeza mostrando más su incredibilidad—. Yo tampoco —murmura recostándome su espalda en el sofá soltando un suspiro.

—Yo muero por verlo —azuza Gaby sonriente provocando que los demás rueden sus ojos.

—Sole está muy embarazada para ir a uno de esos clubes —masculla Erik mostrando que no estaba muy de acuerdo con dejar fluir las cosas de esa manera.

—Va a estar bien —le dedica Ian una sonrisa tranquilizadora, mientras le palmeaba la espalda.

—Eso espero —dice suspirando.

—Tienes todo arreglado, ¿verdad? —quiere saber Alex mirando fijamente a Gaby.

—Está todo bajo control, gringo —Ante ese calificativo Alex pone los ojos en blanco y suspira sabiendo como es Gaby con su humor negro—. El dueño me debe un favor y, además, está ahí donde trabajé para pagarme los estudios —comenta con despreocupación.

—Todos los días sacan algo nuevo de la galera del pasado —esboza Erik.

—Todos tenemos un pasado —expresa Ian compartiendo una mirada con Alex.

Alex sabe bien lo que quiere decir Ian, estaban las pruebas de lo que le había pasado a Lina, a él con Sofi y sin decir que Alex de joven no era muy centrado y ordenado como se muestra en la actualidad. Todavía recuerda cómo se metían en líos juntos y también en líos donde había faldas implicadas.

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