Capítulo 98. Por la espalda
La penumbra del bosque apenas dejaba pasar la luz de la luna. Las sombras de los árboles se alargaban, formando figuras inquietantes en el suelo cubierto de hojas secas. Joseph caminaba apresuradamente entre los troncos, el rostro tenso y la respiración agitada. Sabía que debía encontrar a Soriana, y confrontarla antes de que hiciera algo irreversible.
Aparte eso no era lo que habían acordado, se suponía que iban a expulsar a Alina no torturarla.
Finalmente la vio cerca de un claro pequeño, junto a un arbusto bajo. Soriana estaba de espaldas, casi como si esperara su llegada, con los brazos cruzados y el ceño fruncido. Al escucharlo, se giró lentamente, esbozando una sonrisa fría que no llegaba a sus ojos.
—Joseph —saludó con voz suave pero venenosa—. Llegas justo a tiempo.
—Soriana —respondió Joseph, tratando de mantener la calma, pero con un filo en la voz—. Nunca me dijiste que Alina iba a ser sometida a ese ritual. No puedo permitirlo. Esto es una locura, y voy a decírselo a Marth