Capítulo 99. No fallaría
La tenue luz blanca del hospital humano bañaba la habitación donde Mya reposaba en la cama, aún débil pero estabilizada. El ambiente estaba cargado de una mezcla de esperanza y preocupación. Devon permanecía a su lado, apretando suavemente su mano, mientras ella intentaba mantenerse fuerte a pesar de las molestias.
El médico, un hombre de mediana edad con ojos claros y expresión serena, entró en la habitación acompañado por una enfermera. Miró a Devon y a Mya con una sonrisa profesional, aunque algo cansada.
—Buenas noticias —comenzó el doctor con voz calmada—. Hemos logrado estabilizar a Mya. Su cuerpo ha resistido mucho, y aunque recibió un medicamento para inducir el aborto, parece que su organismo está luchando con fuerza para mantener el embarazo. Y lo está logrando.
Mya apretó los ojos con un leve temblor, pero una sonrisa tímida se dibujó en sus labios. Devon exhaló con alivio, permitiendo que la tensión en sus hombros disminuyera un poco.
—Es un milagro —susurró Mya con voz dé