Capítulo 83. Madre e hija
El crepúsculo comenzaba a caer tras los ventanales de ese ala del castillo. Una brisa suave colaba su murmullo entre las cortinas pesadas, como si también quisiera presenciar ese reencuentro silencioso entre madre e hija. Mya, con las manos posadas sobre su abultado vientre, estaba sentada en un diván, mientras su madre se mantenía de pie frente a ella, algo nerviosa, con los dedos entrelazados y la mirada esquiva.
—¿Puedo...? —preguntó Martha finalmente, señalando la butaca frente a ella.
Mya asintió en silencio. Era evidente que ambas cargaban con más de lo que podían decir.
—No quiero que pienses mal —empezó Martha, acomodándose la falda mientras se sentaba—. Sobre Soriana. No ha sido amable contigo, y lo lamento profundamente. No debería haberse expresado así, ni hoy ni nunca.
Mya mantuvo su mirada serena, aunque por dentro se removía todo.
—No me sorprende —dijo ella con una leve sonrisa amarga—. Ya era así hace quince años.
Martha asintió, bajando la vista.
—Sí… Las cosas termin