El equipo de relaciones públicas del Grupo Financiero Ferrucho se puso en contacto con Vincenzo, y al entender por dónde iba todo, hicieron una publicación diciendo que ya estaban negociando la compensación para Clarissa. Aclararon que no era que no querían darle nada, sino que el monto era tan alto que necesitaban a los abogados para dividir bien los bienes.
La gente no era ninguna estúpida, y enseguida entendió lo que estaban intentando hacer.
—Solo quieren calmar las aguas y que se recuperen las acciones — dijo alguien en internet.
Y sí, era la verdad.
La cena en la casa de los Ferrucho fue incómoda. Enrico volvió a regañar a Luca, y Caterina no dijo mucho, porque sabía que esta vez él había metido la pata.
Cuando Enrico dijo que le iba a quitar la mitad de sus bienes, Luca se puso como loco. Su cara cambió al instante, pero no le quedó de otra que aceptar.
Hasta que Vincenzo dijo:
—Dale la mansión de los Conti a Clarissa, con eso bastará.
Luca golpeó la mesa con rabia.
—¿¡Por qué d