Mundo ficciónIniciar sesiónNo tenía más alternativa que obedecer, aunque me proponía hacer cuanto estuviera a mi alcance para irme lo antes posible.
Big Sallie me aguardaba como solía, sentado a la cabecera de la larga mesa oval, los ojos bajos en la pantalla de su teléfono. Alzó la vista apenas entré a la sala de reuniones, una mirada penetrante como si quisiera leer en mi alma.
—Te reconciliaste —dijo, el ceño levemente fruncido.
Alcé las cejas sorprendida, porque no había esperado que mi humor le resultara tan evidente.
Se incorporó señalando la puerta lateral con un cabeceo, sin agregar más. Cuando subimos al elevador, me tomó un momento darme cuenta que bajábamos en vez de subir, pero no hice preguntas.
Big Sallie me guió alrededor de la esquina del Cubo donde se hallaba el conducto del elevador, al pequeño estacionamiento donde se hallaban los carritos de golf. Subió tras el volante de uno y me indicó que subiera a su lado.
Un momento después nos dirigíamos al s







