Sal atendió en altavoz, situando el teléfono entre nosotros.
—Andrew —dijo solamente.
Al otro lado de la línea, la voz del CFO sonaba clara y profesional, aunque no lograba disimular del todo su entusiasmo.
—Sal, estoy con Peter y sus dos mejores hombres de Legales. Confirmaron que la información es correcta.
—Peter es mi Asesor Legal Principal —me susurró Sal, y alzó la voz para preguntar: —¿Qué tan serio es?
Otro hombre respondió, e imaginé que se trataba del tal Peter. Sal se incorporó para pasearse detrás de la mesa, las manos en los bolsillos.
—La demanda colectiva está sellada en el Condado de Orange, pero la conexión con la disolución de Atlas Capital es innegable. Las pérdidas que causó Sterling fueron catastróficas. No se trató de una mala inversión, sino de negligencia total. Y todo indica que no devolvió más que el cuarenta por ciento de las pérdidas.
—Pero entre los documentos encontré otras cosas —intervino Andrew.
—Empresas fantasmas y evasión de impuestos —completó Sal.