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Emma:

A pesar de que el señor tenga cara de pocos amigos, se ha portado amable conmigo, me ofreció un café junto con un croissant relleno de queso, que por cierto está delicioso.

Aún observaba todo del departamento, todo se sentía tan cálido que me hacía extrañar estar de nuevo con mis padres.

Tenía que venir a hablar con el personalmente, tenía que darse cuenta por el mismo de que yo no soy una persona mala, que amo a Carlo tanto como amo a Mika y Axel.

—Supongo que ya venido para hablar sobre Carlo y... Su particular relación.

Se sentó frente a mi, ambos estábamos sentados en el pequeño comedor de la sala.

—Así es señor Anttoneti —asentí—, a eso vine.

—Pues le digo desde ahora que no estoy de acuerdo con esta relación, las personas no ven eso de la mejor forma —negó—, es algo que no está bien visto.

—Con todo respeto señor Anttoneti, en estos tiempos nada está bien visto —sonreí—, pero si le soy honesta... No me importa lo que piensen los demás sobre mi relación, tanto yo como mis chicos, somos mayores de edad y creo que no le debemos dar explicaciones a nadie, al igual que si aprueban o no ésta relación... Si estoy aquí, es por Carlo, porque el lo adora y no quiere alejarse de usted, yo solo quiero que vea que soy una buena persona y que mi amor por el es muy sincero.

—No se si lo sabe señorita... Pero Carlo no ha tenido una vida fácil y yo fui uno de los causantes de ello, mi prioridad siempre será cuidarlo, tanto a el como a mi hija, no quiero que salga lastimado.

—Lo dice por su madre ¿no es así?

Se sorprendió por mis palabras.

—¿Cómo lo sabe?

—Carlo anoche llegó a mi departamento borracho, empezó a hablar sobre su madre, de lo fracasado que se sentía al oír sus palabras, lloraba y me decía que no se sentía digno de mi —tomé del café—, oírlo hablar de esa forma, me dolió mucho ¿Sabe? Estaba molesto con el mismo por pensar que "no me daría una buena vida" —hice comillas—, cosa que odie con mi alma.

—Es que... Usted es tan delicada y se nota que viene de una familia con dinero, no quiero que mi hijo pase por lo que yo pasé, no quiero eso —negó.

—Pero señor Anttoneti, usted debe saber del hecho de que venga con una familia de dinero, no signifique que sea así.. Usted no puede generalizar, de hecho no debe, solo porqué lamentablemente usted no haya tenido suerte en ello, no quiere decir que vaya a suceder con Carlo.

El desvío la mirada.

—Es cierto, vengo de una familia de dinero, pero mis padres me han enseñado a ser alguien sencilla, mi madre viene de una familia normal —reí leve—, me han enseñado desde siempre a trabajar por lo que quiero, usted puede ver que tengo ropa cara, es cierto, pero es porque yo me la he comprado, he trabajado de mesera, de limpieza aunque usted no lo crea, ellos me han enseñado a trabajar para poder ganarme la vida, puedo decir que no dependo al cien por ciento de ellos, porque por ahora no puedo trabajar porque no me da tiempo por la universidad.

Puedo ver cómo su semblante cambia un poco, al menos ya no está a la defensiva conmigo.

—Puedo asegurarle de que yo amo a Carlo, me ha hecho feliz en este poco tiempo que he estado con el... Quizá usted piense o cree que no pueda ofrecerme o darme la vida que merezco según usted, Carlo no podrá ser un hombre millonario, tener lujos o algo así... Pero trabaja, es honesto y lo más importante ¿Sabe que me ofrece? —negó— Estabilidad emocional, apoyo moral, me aconseja, habla conmigo, me ayuda en mis tareas, me quiere a pesar de todo, el me hace muy feliz.

Y es cierto, Carlo me da mucha estabilidad emocional y siempre me sube el autoestima, algo que me encanta.

—Yo soy feliz cuando llega a mi departamento con una de sus pizzas y cenamos a gusto, me gusta escuchar de como le fue en su día, de hecho lo hago con los tres, pero lo más importante es que, quiero que se sienta bien y a gusto conmigo, Carlo es un buen hombre y si el puede darme amor, respeto e independencia, soy más que feliz.

—No se que decirle señorita... —bajó la cabeza—, fui un poco cruel con mi hijo, estaba tan molesto por esta situación, de saber que estás con tres hombres a la vez... Es algo que me cuesta aceptar, sólo quiero proteger a mi hijo.

—Y lo entiendo —tomé su mano—, pero puede confiar en que jamás podría lastimarlo y obligarlo a hacer algo que el no quiera, no soy ambiciosa, al menos lo soy en la universidad —reí—, pero le doy mi palabra de que jamás le haría daño a Carlo, o a Mika o Axel.

—No comprendo cómo es que.. Puede llevar una relación así, esto es muy nuevo.

—Lo se —bebí de nuevo el café— está muy bueno —el asintió—, quizá para algunas personas todo esto sea escandaloso, o mal visto, lo peor de esto es que es a mi a la que atacan, yo escucho miles de comentarios ofensivos hacia mi, no los repito por respeto a usted —asintió—, aunque no lo crea, esos comentarios me afectan solo un poco, pero luego recuerdo que ellos me hacen feliz, me quieren y respetan, luego ya no presto atención a nada de ello, no me avergüenza de estar con los tres, es mi vida y no tengo porque darle el gusto a nadie, soy yo la que decido ser feliz.

El solamente asintió, se que para el esto es nuevo, lo es aún para mí, porque no es sencillo tener que lidiar con tres hombres con tres personalidades totalmente distintas, pero se que con el tiempo podré sobrellevarlo.

—¿Estás enamorada de ellos? —preguntó con cautela.

—Si —asentí—, los amo a los tres, aún no lo saben, pero si, los amo —hice una pequeña pausa— no le pido que lo entienda ahora, pero quisiera pedirle que no sea tan duro con Carlo, usted más que nadie sabe todo lo que ha vivido, yo sola quiero hacerlo feliz y hacerle saber que es un gran hombre, el lo adora y lo sabe —asintió—, pero tiene que tener en cuenta de que ahora el tiene que tener su propia felicidad sea o no conmigo.

—Supongo que la juzgue mal señorita Emma, lamento si fui grosero con usted, solo me deje llevar por el miedo..

—No se preocupe —sonreí—, y por favor llámeme Emma ¿Si?

—Está bien —sonrió leve— hay veces en lo que nosotros los padres hacemos o decimos cosas de las cuales no sabemos cómo afectemos a nuestros hijos... Carlo no debe pagar por mi frustración —negó—, yo amo a mi hijo y quiero que sea feliz.

Se que el adora a Carlo, lo sé, y también se que quiere el bien y la felicidad para el, ya sea conmigo o con alguien más, Por qué hay que ser sinceros, no sé si mi relación con ellos se alargue o termine, aunque quisiera con toda mi alma que lo nuestro dure por mucho tiempo más.

Sin pensarlo mucho ayudé al señor Nicollo con la mesa y desayuné con el y su hija, ambos son muy agradables y la chica era muy hermosa, después del desayuno lo ayudé con los platos y hablamos un poco mas en la cocina, me contó sobre algunas cosas sobre Carlo y de como era de niño, cómo empezó a trabajar siendo un adolescente y de como le tocó cuidar de su hermana y trabajar, ya que el había caído en el alcohol por dos largos años, aún se sentía un poco culpable por eso, ya que Carlo tuvo que madurar rápido y adquirir una responsabilidad con la pizzería y su hermana, más sus estudios, sin duda mi hombre era alguien maravilloso.

Los tres son hombres maravillosos y más feliz y afortunada no podía estar.

—Bueno Emma —dijo un poco apenado—, te espero mañana en la noche para que cenemos junto a los chicos, no te preocupes por la cena, que la prepararé yo.

—Aquí estaré —toqué su hombro—, pero no crea que vendré con las manos vacías —reí—, voy a traer algo también, nos vemos mañana y gracias por el desayuno, estuvo delicioso.

—No hay de que —palmeó mis manos—, dile a Carlo que venga a verme por favor.

—Claro que si, hasta luego.

Me despedí de el y de su hija, salí del departamento y subí a mi auto, antes de encenderlo recibí una llamada de Jessie.

—Enana ¿Donde estas?

—Estoy en la pizzería del padre de Carlo ¿Por qué?

—Estoy cerca de ahí, espérame unos minutos, necesito que me acompañes a comprar unas cosas ¿Siiiiii? —preguntó cómo niña pequeña.

—Claro que si belleza, te espero, pero mueve ese trasero.

Colgué y a lo lejos ví como venía casi que corriendo, abrió la puerta y se sentó a mí lado no sin antes darme un beso en la mejilla.

—Gracias por esperarme enana.

—De nada belleza, bueno ¿A dónde vamos?

Encendí el auto.

—Vamos a una tienda para comprar unas cosas que necesito, Kurt no lo hizo porque anda visitando a su mamá..

—¿En serio? —asintió— ¿Pero todo está bien?

—Si, es que sus padres están planeando adoptar a un bebé, entonces fue a darles apoyo —chilló feliz—, está más contento con la noticia.

—Me alegro mucho por el, pero más por su madre... Se que es difícil que una mujer trans adopte, solo espero que todo salga bien —chillamos— crucemos los dedos Belleza.

Me encantaba ver a mi mejor amiga feliz y enamorada con su chico, me gustaba la forma en que Kurt la trata, como la mira y como la respeta, algo que me hace sentir bien por ella. Me encantaba como ella sonríe cuando habla de el, sin duda Kurt es un buen chico.

Quiero que ella siga siendo así de feliz..

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