Emma:
Esa misma noche..Mis chicos habían venido a verme ya que andaba en mis días y decidieron venir a hacerme compañía y consentirme un poco.
Estos días he estado saliendo con Jessie y haciendo compras, me encantaba este tiempo con mi mejor amiga, ya pronto sería su cumpleaños y haríamos lo mismo que hacemos desde que somos mayores de edad, ver películas hasta tarde solo ella y yo, pero está vez se nos unirían mis chicos y Kurt, porque obvio mi amigo no quiere dejarla sola y más ahora que viven juntos.
Hoy en la universidad me sentía fatal por estar en mis días, andaba muy molesta y con ganas de irme a dormir, así que Mika fue un poco paciente en el salón yo por suerte hoy era viernes y mañana podría descansar de tantas tareas en la universidad.
Según Axel, llamaban a Carlo para que viniera pero no contestaba el teléfono así que supusieron que estaría trabajando hoy en la pizzería.
Pero para nuestra sorpresa, Carlo estaba en mi sala borracho y un tanto molesto.
—Carlo, amor ¿Que paso? ¿Por qué estás tomado?
—Porque quiero y puedo bonita... —se sentó torpemente— tuve una pelea con mi padre ¿Sabes por qué? Por ti.
—¿Hablaste con Nicollo? —preguntó Axel.
—Lo hice y todo salió mal.. Terminamos discutiendo y me dijo cosas horribles —reía— ¿Pueden creerlo? Me dijo... Me dijo ¿Que me dijo? —se preguntó a si mismo— ¡Ah sí! Que Emma era una mala chica por estar con tres hombres... Que... Que yo era un fracasado por no tener dinero.
Se bajó del sofá y gateó hasta mi, se puso de rodillas y tomó mis mejillas, el olor a alcohol era latente en el.
—Perdóname Emma, perdóname por ser un fracasado —soltó un hipido—, perdón por no tener dinero para comprarte lujos... Pero, mi amor por ti es sincero —bajó la cabeza y me soltó las mejillas—, yo sé que no eres como ella... No lo eres.
Escucharlo hablar así me dolía, porque sus palabras salían con tanto dolor.
—¿Quién Carlo?
—Mi madre... Ella abandonó a mi papá por no tener dinero, porque el era un pizzero... Ahora tu estás tan.. Bonita, delicada y con dinero... Yo no tengo nada para ofrecerte Emma —se sentó en el suelo—, no tengo nada, vivo arrimado con Mikael, vivo de un maldito sueldo... No soy digno de ti.
—Carlo hermano —Mika se agachó a su altura—, no digas eso, tu no eres un fracasado... Eres un buen tipo, has trabajado toda tu vida y eso es de admirar, no digas eso... Sabes muy bien que no me molesta que vivas conmigo, eres como mi hermano.
—Mika tiene razón amigo —Axel hizo lo mismo—, tu no eres un fracaso, eres un tipo trabajador y honesto.
—Ustedes no saben por todo lo que he tenido que pasar —se levantó tambaleándose—, he trabajado desde los diecisiete años, era un maldito adolescente cuando cuide a una niña pequeña cuando esa mujer nos abandonó... Ustedes porqué nacieron en cuna de oro y la han tenido fácil tu —señaló a Mika—, tu padre es un mafioso con dinero.. Y tú —luego a Axel—, tienes dos papás con dinero y te dieron una pastelería que dirigir... Mientras que yo... Yo trabajé limpiando pisos y llevando humillaciones para poder tener que comer —bufó— ¿Eso no es ser un fracasado?
—Basta Carlo —me levanté— no le hables asi a ellos, ni Mika ni Axel tampoco la han tenido fácil... Por favor no hables así de ti mi amor —me acerque a el— sabes muy bien que no me importa que trabajes en una pizzería, mesero o de limpieza, yo no soy así... Jamás me he avergonzado de ti.
—No te merezco —lagrimas salían de sus ojos—, perdóname por favor, soy un idiota.
—Lo eres —dijo Mika.
—Mika por favor —lo miré mal—. Carlo ya no pienses en lo que sea que te haya dicho tu padre, tu no eres nada de eso, tu eres un hombre maravilloso y me haces feliz ¿No es suficiente?
—¿Y que hay si algún día quieres un auto? ¿O un vestido costoso? Yo no podré darte eso Emma —negó—, jamás podría darte joyas, ellos si pero yo solo tengo esto —levantó las manos.
Lo abracé fuerte y el se aferró a mi.
—No me importa eso Carlo... Tu me haces feliz y eso es lo que me importa, nada más.
Me soltó y me dió un beso en la frente. No me gustaba verlo así de mal, creo que su padre se pasó con decirle tantas cosas hirientes es que... ¿Hacerle creer que no es suficiente para mí? Por Dios, eso es demasiado.
Lo llevé a mi habitación para ayudarlo a bañarse y así se le pasara un poco la borrachera, ya en el baño chillo como niño pero se duchó, se acostó en mi cama y poco a poco se quedó dormido.
—Oh no —Mikael le lanzó una almohada—, yo estaba ahí durmiendo Carlo, levántate.
—Mika, déjalo por esta noche ¿Si? —dijo Axel—, mejor vamos a la otra habitación, mañana se despertará con una resaca de los mil demonios.
—Pero no es justo.
—La vida es injusta mi amor —me reí—, mejor vamos a dormir ¿Si?
Les di un beso a ambos y se fueron a la otra habitación, yo me acosté al lado de Carlo, estaba tan tranquilo y tenía su nariz y ojos un poco rojos por haber llorado o quizá era el alcohol.
Mañana iría a hablar con su padre, no podía permitir que lo. hiciera sentir de esa forma, Carlo no se merece nada de esto..
Al día siguiente..
Dejé a mis amores dormir en mi departamento, me levanté temprano y me aliste para ir a hablar con el padre de Carlo, subí a mi auto manejé hasta la pizzería, tenía entendido que el padre de Carlo vivía arriba de ésta, así que estacioné mi auto y toqué el timbre para que me abrieran, subí por las escaleras y toqué la puerta donde me abrió una chica de al menos unos diecisiete años o menos, no lo sé, pero era hermosa y muy parecida a Carlo.
—Hola, buenos días, estoy buscando al señor Nicollo.
—Hola —sonrió— mi padre está en la cocina, pero ya lo llamo.. ¿Quien lo busca?
—Soy Emma, la novia de Carlo—-extendí mi mano.
Ella soltó un grito bastante agudo que me hizo cerrar un poco los ojos.
—¡No puede ser! ¡Carlo tiene novia! —empezó a saltar— lo siento —rió avergonzada— es que... Mi hermano jamás me ha presentado a sus novias, eres la primera que conozco.
Me encanta su energía, pero me gusta lo bonita que es y su acento italiano muy marcado.
En mi campo de visión apareció su padre, venía secándose las manos con un paño de cocina, al verme se puso un poco serio, pero no iba a dejarme intimidar por el, tenía que hablar con el sea como sea.
—Buenos días señor Nicollo —salude cordialmente—, vine a hablar con usted sobre Carlo.
—No creo que sea buena idea señorita... Ya mi hijo me contó lo que sea que tengan, no sé para que vino.
—Si me escucha, tal vez su forma de pensar cambie, por favor, solo hablemos usted y yo.
El hombre pareció pensarlo por un momento y asintió, la chica me dió el pase a su pequeño departamento que me encantaba los colores que tenía y se sentía el calor de un hogar, en las paredes habían muchas fotos de Carlo, también ví una junto con Mika y Axel, estaban en la universidad, los tres estaban abrazados, sonreí al ver esa foto, los tres se veían tan jóvenes y felices, no cabía duda de que ellos se querían.
—Puede sentarse.
Bien, Emma, tienes que ser valiente...
Tienes que defender tu relación con Carlo.